Llamaron mis Hijos, que casi nunca llaman,
para pedirme dos favores. Uno que me dé
las vacunas y otra que vaya a votar a los de su mismo palo.
Fui al Colegio para que me dieran las dos
vacunas. Se acercó una chica, porque notó que yo estaba en pleno ataque confusional.
─Usted venga conmigo, es aquí.
En vez de dar mi DNI, extendí mi tarjeta de
OSDE. Las señoras de la mesa me explicaron:
─No es el carnet de su Obra Social, lo que
debe presentar es su Documento de Identidad.
Entré al Cuarto Oscuro, elegí la boleta que
tuviera más lindos colores y puse dos, por la dudas. El lunes me presenté en
una especie de galpón, silla por medio. Me dieron tres vacunas.
─¿No eran dos?
─No, son tres y en enero se tendrá de dar la
cuarta, luego la quinta y después llegando al principio del último número.
No entiendo nada de lo que me dice, pero hay
veces que las cosas no necesitan explicación. Me invitaron a comer a la casa de
mis Hijos. Querían que les contara cómo me había ido en la Votación.
─Primero me fue mal, pero tengo algo que les
va a gustar, puse dos boletas adentro del sobre, así somos más.
─No digas disparates, tu voto doble queda
invalidado.
─Qué lástima, tenía tan lindos colores…
─¿Y con las vacunas?, ¿cómo te fue?
─Me dieron tres y después me van a da una
por día, sobraron un montón y la gente se aprovecha, ¿viste cómo son? Y lo que
más bronca me da es que ustedes me mandaron.
Vienen a comer todos los domingos, ellos,
mis nueras y los chicos. Pero estuve pensando que este domingo, no vengan.

No hay comentarios:
Publicar un comentario