─¿Vas a la Fiesta?
─No tengo ganas, no le voy a decir por qué
no tengo ganas, pero vivo con eso. De dormir no tengo ganas, de estudiar algo
no tengo ganas, de mirar películas no tengo ganas. De bañarme tampoco tengo
ganas. De tener amigas no tengo ganas. Novios, Maridos, Amantes, no tengo
ganas.
Voy hasta la plaza, pero no tengo ganas,
vuelvo sin ganas. A veces me meo, porque no tengo ganas de ir al baño.
─¿No le parece Salvador que no estoy enferma? Si no tengo nada.
─Debes reconocer que sí estás enferma. A
medida que puedas incorporarte a la sociedad, vas a mejorar.
─Mirá, vos serás muy Psi pero me estás dando
una Clase, no me estás ayudando.
─Dentro de mis posibilidades hago lo que
puedo, Señorita Ganasco. Pero a veces no tengo ganas.
─¿Y entonces qué me sugiere, Psi?
─Sugiero que te mates.
─Es que no tengo ganas.
─Acá dejamos, nos vemos el miércoles que
viene, a las cinco de la tarde, Señorita Ganasco.
─No sé si voy a tener ganas.

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