Aunque lleve
ropa discreta ocultando mis formas perfectas, hombres, mujeres y niños se ven
afectados por mi hermosura. Suelo usar lentes oscuros por mis ojos color
espliego y las pestañas XL que enmarcan mis párpados, los quito cuando pago
algo, nadie me cobra un centavo. Agradezco esos gestos, carezco de entradas
monetarias. Busco trabajo desde los trece años, la respuesta es siempre la
misma
—Usted tiene una belleza superlativa, es un agregado que
la empresa no estaría en condiciones de absorber.
En casting de
modelos, los diseñadores lo consideraban too much
—Obvio, señorita, pondrían sus ojos en usted y no
comprarían nada. Por el único precio que preguntarían sería por su persona,
cosa que no creo que le suceda, usted disculpe, pero ante tanta belleza nadie
se atrevería a proponerle nada.
Llegué a
ofrecerme como mucama, todas las puertas se cerraban en mis narices. Acepté mi
destino muy solitario, por cierto.
Tenía una única
amiga de Emiratos Árabes, lloraba en su hombro, le encantaba porque mis
lágrimas eran de oro puro, ella me secaba los ojos con pañuelos de seda, sabía
que mis lágrimas eran indelebles. Gracias a mi dolor mi amiga se llenó de oro.
Un Califa me pidió en matrimonio, era dichoso el hombre. Me usaba de estatua,
jamás me tocó un pelo, ni permitía que otros tan siquiera me rozaran. Invitaba
a sus amigos para hacerles ver cómo me deslizaba por la casa. Hacían
reverencias musulmanas mientras yo me aburría como una ostra. Lo decidí, cambié
el color de mi pelo, ahora es marrón rojizo y corto, operé mi cara, los ojos
dejaron sus ángulos semioblicuos y me los llevaron hacia abajo. Corté las
pestañas frente al espejo, eso lo hice yo. Arranqué mis cejas con láser, a la
nariz le agregaron un sobrehueso, me llevaron los labios hacia adentro, ahora
son tan finitos que me cuesta lavarme los dientes. Me hice quitar las tetas,
quedé tabla. Agregué tanta celulitis en las piernas que se me hincharon los pies
para siempre. Ah! Me olvidaba, me operé el culo, esa fue la operación más
dolorosa, siempre el culo duele más en situaciones varias. Quedé ligeramente
encorvada y lloro lágrimas transparentes y saladas. Uso lentes de contacto
color caca. Conseguí un laburo en el Pene Bank, trabajo en ventanilla. Nadie me
mira, todos me cobran lo que no vale. Los hombres dan vuelta la cabeza hacia la
pared, si me ven.
En el trabajo me
ascendieron, en vez de ocho horas, trabajo doce ¡Soy feliz! El mes entrante me
ascienden de nuevo.
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