miércoles, 18 de enero de 2017

TACHINO


   Fue el año de la muerte de Marilyn Monroe. Yo era muy joven, cinco años para seis. A la hora de la siesta me sentaba en el umbral para vender revistas mejicanas o cambiarlas. Había un vecino gordo y bajo, que siempre me compraba revistas y pellizcaba mi mejilla dándole media vuelta, dolía, hubiera preferido que no me comprara nada. Se llamaba Tachino, tenía una mujer alta y distinguida, vestía siempre de negro y con un collar de perlas. Los domingos venía un remisse para trasladarla a la catedral, que quedaba a cuatro cuadras. Salía con un misal negro de bordes dorados y una mantilla al tono.
   Volvía renovada, como si hubiera charlado con Dios.
   —Los trajes de Tachino, de corte perfecto hacen olvidar que es enano. –Decía mi madre-.
  —Se los hacen a medida en Rhoders, es un garca el tipo. -Continuaba mi padre-.
  Mami opinaba de Mecha, su esposa —Es tan fina, no sé cómo pudo casarse con esa bola de grasa.
   Iban a tomar café juntos, ella lo llevaba de la mano, tenían la apariencia de un matrimonio ideal.
   En una madrugada, con silencio de campo, se escuchó la voz impostada de Tachino, apretaba el timbre de su casa infinidad de veces. Mecha no atendía. Tachino, haciendo ochos desde el medio de la calle gritaba —¡Abrime por favor te lo pido! ¡Mecha, mi amor, quiero entrar!, Mechita, con todo respeto, es mi casa, ¡¡¡Abrí elefante!!!
   Se fueron prendiendo de a poco las luces de todos los vecinos. Yo estaba entredespierta y quise ver al elefante, nunca conocí uno casero. Mecha le arrojó desde el primer piso el llavero, cargado de medallas y quince llaves, una de hierro. El manojo cayó en la cabeza de Tachino, perdió pie y sangre. Mi padre, en bata, salió a la calle, lo puso de pie y le ayudó a embocar en la cerradura.
   Mecha esperaba arriba con vendas y alcohol. La mujer agradeció a mi padre evitar la llegada de la policía.
   Tachino salía con sombreros que no se quitaba para saludar. Jamás hubiera permitido que nadie viera el agujero vendado en su cráneo.
   Lloré mucho tiempo por el elefante que vivía con Tachino, quería conocerlo —Mirá lo que dice tu hija, cree que Mecha es un elefante.
   A partir de lo escuchado, cuando venía la esposa de Tachino yo me escondía. Papi decía que Tachino era un ordinario, ¿cómo la iba a llamar elefante?
   —¿Y vos que les decís a tus amigos que Mami es un cocodrilo?
   El último recuerdo que tengo es un sartenazo de Ma sobre la cabeza de Pa. Él también empezó a usar sombrero.
   Me acuerdo porque fue el año que murió Marilyn.
                                               

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