lunes, 23 de enero de 2017

ESQUIZÉ MOI


   Anoche me perdí de mí. No recuerdo cuándo, porque me fui a no sé dónde, o me quedé, no lo puedo precisar. Un viaje sin identidad ni documentos. No me habría divertido tanto si los llevaba. Si estaba conmigo, tal vez ni viajaba y me perdía en una película. Todo lo mío es aburrido y pesado, recurrente e incómodo.
   Histeria en estado puro, ni con chalecos químicos, ni con sesiones analíticas. Alguien se define gordo por su propio volumen. Yo no necesito definirme histérica porque forma parte de mi todo o de mi nada. Después de la alegría que me produjo mi pérdida durante una noche, con ausencia de relojes y temores. Dejando acontecer sin intromisiones de mí misma. Riendo a carcajadas, cantando a los gritos, contando disparates, no me extrañé ni por un instante, creo que si me enteraban de mi muerte habría sido un alivio definitivo. Aparecí a la mañana, me di cuenta por el espesor desafortunado de mis pensamientos tanáticos. No me voy a decir nada, porque si me entero que lo pasé de putas, la próxima vez me voy conmigo y arruino todo. 
                                                  
                                                                

No hay comentarios:

Publicar un comentario