miércoles, 17 de mayo de 2017

ABRAN LA MURALLA


   Interroga el periodista —¿Y cuando hace frío cómo hacen?
   Contesta laxo —Cerramos la puerta.
   Concluye el periodista —Bueno, ahora hace frío.
   Dijo —Sí, pero no tanto como para cerrar la puerta. Ahorramos en puerta, la usamos lo menos posible, comprar otra sería impensable y tenemos miedo que nos llegue la factura por el “Uso de puerta”.
   El periodista asiente con la cabeza, se detiene en cada cosa y pregunta qué es. La gente humilde es paciente, le cuentan la historia. En un rincón habían armado con dos ruedas de bicicleta y una silla plástica sin patas, el refugio de un Abuelo sin dientes, con arrugas de gritos. —¿Y cómo anda, Abuelo?
   —Ando bien, como siempre, no alcanza el dinero dicen mis hijos. Yo les cuento que desde que nací, hasta ahora, el dinero nunca alcanzó, pero nos acostumbramos y somos una flia que sobrevive. El Oxígeno no manda factura, ¿ve? Eso es un gran progreso. No todo es tan pacífico como Ud lo encuentra. Se putean, se cagan a palos, esconden el pan en la letrina y no le convidan a nadie. A mí sí, me traen un pancito, tiene un poco de olor a mierda, pero como decía mi Padre “Lo que entra por la boca sale por el culo”.
   El Hijo le pidió que se callara —El señor periodista va a decir que somos bocasucias y pegadores, conservemos la poca educación que tenemos ¡mierda!
   Habló el Abuelo —Me olvidé de contarle, cuando se pelean tiran mi silla rodante, una vez fui a parar a una chapa con filo y…
   —En todas partes hay accidentes y la gente se pelea, aún los ricachones.  Antes de irme, les traje víveres, no es mucho, pero antes que nada…
   Saludó con un beso y se fue.
   El Abuelo conjeturó mirando los víveres —No es mucho, tenía razón el tipo.
                                                                 

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