—En esta noche,
es un honor para nosotros, escuchar al Profesor Clintrump, que vino a darnos
sus sabias palabras sin distinción de credos ni géneros. Tanta su modestia,
casi suicida, que viajó en el Río Paraná. Cuando quiera profesor Clintrump.
Inclinó la cabeza y le brindaron aplausos —Es
un placer para Uds, conocerme, a mí me suele pasar, es un placer conocerme.
Vengo a entregar consignas sencillas, hasta un político podría entenderlas. La
Primera es bañarse con cabeza y todo. Usar un buen desodorante. Desayunar camino
a su destino, trabajo, testaferro, o Intendente, cualquiera es un Señor,
cualquiera es un Ladrón, está en la Biblia, Salmo n° XXIII. La Segunda
consigna, es observar con detenimiento a su mejor amigo, que aliento tiene, si se
lavó los dientes. Eso sería un detalle, conque apunte para otro lado, listo. No
sea conformista, mírele el fondo de las pupilas, si están grabadas la palabras “te
quiero”, es frecuente que esas palabras encubran una traición. Laboral,
marital, alteración de secretos marxistas. La Tercera no es consigna, tome toda
la libertad necesaria, que por su cabeza le circule sangre pensadora, saque
conclusiones y guárdelas en el freezer, es todo entre Ud y Ud. Mienta con
seguridad, nadie dudará de su palabra. Prometa cosas que nunca va a cumplir, volverán a creerle.
-No entiendo qué
sucede, uno me aplaude, otro me putea, aquel me tira huevos-.
Apareció la Ley
y preguntó a qué se debía aquel entuerto.
Todos señalaron
al Prof. Clintrump y se lo llevaron preso. Resultó ser una eminencia mundial.
Al siguiente día, del desgraciado episodio, el Prof Clintrump recibió el Oscar
al Mejor Actor Patagónico. 
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