─¿Y por qué culpable, siendo inocente?
─Porque es negro.
Todos los chicos jugábamos con él. Inventaba
cosas divertidas, como ponerle chicles masticados en la silla de la maestra o
el pié al mejor alumno cuando pasaba a dar lección.
Una vez le rompió la nariz a su padre blanco,
por dejarlo en penitencia. Recibió cuatro latigazos que lo dejaron sangrando.
─¿Nadie le dijo nada por hacerle perder
sangre?
─Y no, porque es negro.
Lo consideraban un bastardo molesto, se
acercaba a las chicas lindas y ellas huían, ninguna lo quería cerca.
─Pero por qué!
─Porque es negro y seguirá negro.
La madre lo dejaba dormir cuatro horas, lo
despertaba con tres mates y pan viejo. Luego le decía que se fuera a pedir
limosna en las esquinas de los bancos, por ahí algo le daban, pero la madre lo
castigaba cuando volvía con tan poca plata. Se enojaba y le preguntaba:
─¿Por qué tan poco?
─Yo no
tengo la culpa de ser negro, a los negros no nos quieren ver ni en figuritas.
─Tuve una gran idea, tu padre tiene un
trabajo para vos, en realidad es un deporte, como sos alto y bastante buen mozo
vas al club de la esquina y empezarás a jugar al basket. Seguro que saldrás ganador,
si la metés con la mano. Vas a entrar en las finales, recibís el premio que es
mucha guita. A las chicas les vas a gustar, saben que los negros tienen
miembros mucho más grandes que los blancos. Y si encima salís ganador, conseguí
alguna rubia, aunque sea teñida no importa. Fijate bien que provenga de una
familia adinerada, no la dejes embarazada, mejor casate. Vas a tener una
fortuna que te podrá mantener a vos a tu padre y a mí. Es lo mejor que podés
hacer por criarte tan bien. Vas a ser tan famoso que van a pensar que sos
blanco.

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