miércoles, 2 de agosto de 2023

LA DEVOLUCIÓN

 

   —Es el primer jazmín que salió, te lo traje en un frasquito con agua, si querés apóyalo en el escritorio, si no ponelo en tu rodete. Te invito a comer a las 21hs, si veo el jazmín en tu pelo, es que aceptás. Nada de cambiarnos, vamos como estemos. Así notarás que no es una redada para otra cosa, que no sea charlar.

   —Por eso acepto, no me gusta hacerlo con hombres casados y vos sos casado.

   —Bueno, Acacia, es una salida inocente.

   —Tu mujer dijo que sos un hombre sin mácula, fiel hasta el fin, espero no manchar con rouge tu camisa, es una broma, ja, ja!

   La maldita llama a todas mis Secretarias, se hace la amiga y si se entera de algo, me lo dice con soberbia. Debo despedirlas. Me da tanta pena, ellas aceptaban, por temor a perder su puesto. Soy un cretino, no me lo perdono. Con Acacia fue distinto, me enamoré como un pendejo, nunca tuvimos sexo. La maldita de mi mujer, no creyó mi historia.

   Estaba en mi computadora y un repentino mensaje: “Su mujer, Rosa María, salió con todos los hombres que eran de su agrado, y no para jugar a las figuritas. Le paso por celular los mensajes de su mujer, hay llamadas perdidas, todas tienen respuesta.”

      A él se le nublaron los ojos, los años juntos… El dueto ignorado. Los perdones falaces.

   Salió de la Oficina, dejó el sombrero, las carpetas, el sobretodo, caminaba sonámbulo, la memoria se le perdía a cada paso. No percibió el sonido del tránsito, el peso de las ruedas pasaba por su cuerpo. Sintió alivio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario