Cuando viene de
mal humor, se parece tanto a mi vieja, que dan ganas de esconderse abajo de la
mesa.
—Freddy, ¿viste
que llegó de brote?
—¿Vos qué decís?
¿Qué, va a tomar examen, para torturarnos con ecuaciones…?
—Señores, las
manos sobre la mesa, las mochilas en el piso, el cuaderno, una lapicera y
escriban.
Nos llama
“Señores”, lo menos que puede decir es “Niños”, acá yo no veo ningún Señor.
Sole, que es
forra, pregunta:
—¿Srta, sobre
qué tema?
Y ella contesta:
—No sé,
escriban.
Sole, que sigue
forra, aunque una cambie de renglón.
—Seño,¿lo
corrige hoy? ¿o lo llevamos a casa para autocorregirnos?
Contesta con
desgano:
—Se
autocorrigen, estoy con bronquitis.
Chau, buenísimo,
el tema es “No sé, escriban” y no lo corrige ahora, me descargo: “Mi Srta tiene
cara de culo, porque le pagan mal, o el marido tiene el auto roto. O se enteró
que la hija está embarazada y el hijo es puto. Nos odia la víbora, con perdón
de las víboras, porque somos chicas y ella es una vieja chota, llena de patas
de chimango. Sabe menos que nosotros, es burra. En casa opinan igual, pero me
enseñan mis padres, tengo doble escolaridad. Las dos desagradables. El Día del
Maestro, debiera ser un día de duelo, no de festejo. La de este año fue la
peor. Tiene mal aliento, cuando pasa entre las mesas, se ve que hace cuatro
días que no se cambia el calzón.”
De pronto
escucho:
—Cambié de idea,
llevo tres trabajos, el de Carola, el de Sole y el de Freddy.
Carola soy yo.
Esto es el fin.

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