Olvidé qué
píldoras eran por la mañana, una la de vivir, otra era una masa en la nuca,
había algo convertido en veneno, por si decidía morir dormido. Corté por lo
insano, todos dicen que estoy loco y como seguía sin recordar, tomé una de cada
una, menos la de dormir para morir. La locura potenciaba mi inteligencia y
tenía una visión planisférica del desastre humano. La moral agonizaba. Una
pareja practicaba su primer sexo. No tenían casa propia y fueron a vivir con
sus Padres. Las habitaciones tenían una separación de espejos. Al otro lado del
espejo, era vidrio transparente, los viejos asistían a las prácticas sexuales
de su hija e invitaron a los Padres de su yerno. Temblaban de espanto y
comenzaron a vender entradas para los parientes secundarios, tíos, abuelos,
primos, mayores de dieciocho años y al Personal de Servicio, a cambio de no
pagarles sus sueldos. Éstos últimos llevaron a sus niños, vivían en la misma
pieza, los chicos ya estaban al tanto de todo.
—Nosotros no
hacíamos esas cosas, la primera noche de bodas, yo tenía un camisón con un
agujerito por delante y mi marido también, un camisón con agujerito y gorro de
dormir, mi camisón tenía otro agujerito atrás, mi Madre aconsejó no usarlo,
porque me haría ver las estrellas…─testimonió la Abuela con horror.
Luego dijeron
los Padres:
—Nosotros sí
éramos nudistas en ese momento, pero yo iba abajo, mi marido encima. Él hacía
dos o tres pulsiones y terminaba, siempre me quedé con ganas de algo más, él se
dormía de inmediato y yo pensaba que debía ser así. Hace años que ya no…ni sé
cuántos.
Un tío viejo
relató que le gustaba rasgar las ropas de su mujer, era un hombre grande cuando
se casó, luego de ver a su mujer desnuda, olvidó qué debía hacer y le gritaba
que no fuera descarada y se vistiera. Mientras, los chicos parecían
equilibristas del Cirque du Soleil, giraban levitando, confundían los orificios
del cuerpo y todo les complacía. Los espectadores se dormían y los novios
seguían sus prácticas exóticas.
Los únicos que
permanecían despiertos eran los hijos del Personal de Servicio. Masturbación
colectiva de los niños, bajo las frazadas.

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