domingo, 27 de agosto de 2023

SE LLEVARON HASTA LOS CABLES

 

  Hace cuatro días que espero al plomero. Me baño con tachitos y lo demás igual. No salgo porque me dijo que si no venía de mañana, sería de tarde, o al día siguiente. Aparecieron dos pérdidas de gas, llamé al gasista.

   —Estoy al toque, ando por la zona.

   Ni avisa que se le rompió la camioneta, puede venir recién la semana entrante. Llovió, llovió, llovió tres días seguidos, siete goteras superaron baldes y cacerolas. Me comuniqué con el techista.

   —No sabe la cantidad de clientes desesperados, a Ud le doy prioridad, y eso que yo mismo tengo goteras, llego al mediodía o a las tres, si me desocupo y sino, mañana a primera hora.

   Golpean la puerta, me llevé puesto el perchero.

   —Hola Martirio ¿Vos tenés luz?

   —Esperá que me fijo, no, no hay. Ahora llamo al electricista.

   —Ni te molestes, es un corte general, seguro.

   —No te preocupes, Soledad. Llamo a la Usina.

   —Holá? ¿Usina? No tenemos…

   —El corte será de diez días consecutivos, cayó todo el cableado y recién vienen de Tornquist, con suerte mañana.

   — Falta agua también. ¿Y qué hacemos?

   —Si tiene pileta use el agua de ahí. Sino, compre bidones, ¿no junta agua de lluvia? Bueno, haga lo que pueda, que sé yo…

   —Escuchaste lo que dijeron, Soledad, son unos hijos de puta.

   —Mirá, acá los culpables son la chorra de la Perra y todos los negros de mierda, con cargos o sin ellos, que robaron lo que pudieron y los imbéciles sueñan que vienen por el resto. Para encubrir la van de plomeros, gasistas, electricistas, techistas. Creo que un revólver al menos hay que tener.

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