miércoles, 20 de septiembre de 2017

DEJÁ DE JODER MICROBIO


   Te descubrí en Puerto de Madera, te piantaste a España, Martín Capá El Arroz, plagiador, calculo que ahora profesional del afano de la palabra.
   Yo no creo en el Nobel, ni en el Planeta, me limpio el culo, con los premios en general, con perdón de la última palabra. —¡Hola Martín, cuánto hace!, vos no me conocés, los nadies (lo tomo prestado de un escritor de verdad) sí conocemos a los patéticos. No sé si fueron treinta o trescientas páginas que te afanaste, las pusiste al medio, pero un lector avezado te descubrió, con el tiempo bajó el telón, respondiendo al estilo argento, tapá todo para que no se note la miseria, ni los miserables.
   —Me parece que te conozco pero no sé quién sos.
  —Te vi con el Gordo Lapata, que está loco como una cabra y te llevó para ¡opinar!, literales tus palabras, dijiste “Yo vivo en España y la comida no está tan cara como en este país”. No caíste, nabo, acá hubo más de una década ka, que nos dejó en bolas y con los malos ejemplos que se  expanden: “No a la cultura del trabajo”, un decreto, por decir algo: “No a la cultura”.
   Ahora escribís un broli que se llama “Hambre”, de más de mil páginas, los lectores se harán sanguche de hojas. Cómo te gusta la guita, Capa. Te traducen a varios idiomas. O es mendaz o la gente además de globalizada está boludizada.
   Te pregunto —Vos en España, vivías adentro de un taper y sin oxígeno, no entendiste nada. Mirá que los gallegos son brutos, pero vos te llevás la copa. Rajá de acá, Martín Caparrós, ya bastante hijos de puta tenemos, qué venís a tirar mierda, ignorante. Y vos Lanata, cambiá de psi, porque se te nota algo raro, vos sabrás.
                                               

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