jueves, 14 de septiembre de 2017

LO MÁS GRANDE QUE HAY


    Tener un hijo es un problema, tener dos son dos problemas, tres, tres problemas. En la escala numérica, la cifra ideal es una docena. Los más grandes cuidan a los más chicos, cuando se enferman están las medicaciones en la heladera, siempre alguno sabe qué le  tiene que dar al otro en caso de anginas, beri beri, difteria, viruela boba y demás brotes propios de los primeros años. Sería importante que en las comidas estuvieran todos para ver si no falta alguno. Van a estar los doce, seguro. ¿Dónde comerían con lo caro que está todo? Los padres no necesitan grandes ingresos, hay uno que es albañil, ése arregla todo, otro plomero, otro electricista, el más vivo tiene un taller de autos. Las chicas cosen y tejen sus propias ropas y las de sus hermanos. Dan clases particulares. Todos estudiaron con la pura beca. Alguno, médico, sale siempre, y abogado, ni qué hablar. Son casas donde no entra ni sale la droga. El más chico suele ser el problemático, fuma porro, trata de convencer a todo el mundo que no es una droga y hace bien a la cabeza. Estudia psicología, esto último se lo paga el padre de una novia, con la condición que no la deje embarazada y lo convide con porro los fines de semana.
   Lo que sí les cuesta a los viejos es echarlos de la casa, bueno no echarlos, pero sí que hagan su vida en otros lugares. El más grande, tipo cuarenta, afirma que la adolescencia se extiende más de lo previsto, por lo demás él en su casa se siente fenómeno. Los padres no quieren tener nietos. No son una flia. disfuncional y allí nadie quiere complicarse la vida.
                                                          

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