—Dijo que era perverso lo que hacía. Verse las
caras, él se reía y la escupía.
Denis fue cruel
a partir de un episodio oculto.
—Carlota se dejaba dominar, cuando hacían
escenas donde vislumbrábamos que seguirían, nos retirábamos en silencio.
Mamá dijo que
era perverso, no sé qué tiene que contar sobre Denis, lo reparte y todos lo
saben. Las parejas de mi hermano eran dóciles y las agresiones que recibían, a
ellas les parecían caricias.
—Te ruego que no
hables de mi Madre ni de mi hermano. ¿Te acordás que me pedías que los dejara
solos? Vos, Trini, sos de lo peor. ¿No te dabas cuenta que es enfermo?
Se pone
histérica, la histérica.
—Yo entiendo lo
que decís, pero no me agredas, lo de Carlota me dio vértigo. Sí, él se reía y
la escupía, es desagradable estar presente. Yo a la casa de ellos no voy más.
A Denis y
Carlota les encantaría que no fuera más, monopoliza todas las conversaciones y
relata los últimos días de su marido, una y otra vez.
—¿Querés que te
cuente el episodio oscuro de Denis? Mamá lo violó a los quince, se equivocó de
habitación, dijo que estaba en pedo. Denis juró que la confundió con su novia,
que se metía de noche por la ventana del dormitorio. Los internamos a los dos.
Él estaba convencido de ser “Edipo”. Hubo que atarlo de pies a cabeza,
amenazaba con arrancarse los ojos. Dos años de recuperación, él dice que ya
está curado. Mamá salió antes, sin cura. Pasó al chaleco químico y vive
hablando pestes de su hijo.
Trini sintió
mareos y se desmayó.
—Qué mina
boluda, si es una historia como
cualquier otra.

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