martes, 12 de marzo de 2019

¡VIVA LA VIDA, COÑO!



   —Cuidado cuando salís de tu casa y cuando entrás. Para estacionar y salís, cuidado. Hay minas que recién empiezan a manejar y como todas las minas, te llevan la puerta. No hagamos cuestión de género, hay hombres que ven doble, por tomar copas y te pasan encima. Hay que cuidar la sombrilla, la lona y las ojotas, cuando vas al mar. Hasta con tus hijos tenés que tener cuidado, les encanta drogarse en los boliches. A tu mujer vigilala, sobre todo si está buena y es sensible a los halagos. Cuidado si te divorciás, te dejan en pelotas. Visitá a tu vieja, que le robaron dos veces, tiene alarma, rejas, desea estar ausente cuando vayan los chorros. Cuidado, porque ella está sola, en la cama y los tipos le pueden hacer de todo. Eso lo dijo ella, que parece ansiar ser violada. Cuidado con la billetera, mirá que los chorros se la saben todas, mandan una tipa con buenas asentaderas y mientras vos la mirás, te afanan el ochenta por ciento de tu vida, que es la billetera. Cuando te sientes a tomar un café, cuidado con tus amigos, que ruegan que les prestes guita. Deciles que volvés del Banco donde pagaste todas tus cuentas. No te joden más. Ni te saludan porque vislumbran otro amigo en la mesa del fondo.
   —Bueno, loco, pará con cuidarte tanto, me pudre pasar la vida con cuidado.
   —Mirá que te advertí, vos no quisiste escuchar, yo te desvalijé la casa. Me llevé tu mujer, que dio un sí inmediato.
   El boludo piensa que me perjudicó. Ahora no tengo que limpiar nada, ni soportar los gritos indecentes de mi jermu. Los chicos son drogones, yo me prendo y comparto. Cumpliré mi sueño, dejar de tener cuidado. ¡Viva la Vida, coño!  

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