Lo eché a Tito
fuera. Fuera de aquí. —Era petiso y gruñón, desde que estamos juntos, yo voy a
trabajar y él lava, hace la comida, tiende las camas y me espera leyendo el
diario.
—¡Hoy no
repasaste los pisos!
Come tranquilo y
despacio: —Si me seguís gritando vas a tener mala digestión, después de comer
repaso el pasillo hasta el ascensor.
No le interesa
cómo me fue en el laburo. —Si me volvieron loca, o me volvieron puta, son dos
posibilidades que hay en esta patria maldita. A Tito lo echaron del laburo,
dicen que nosotras somos más eficaces y claro, nos pagan menos, nos tratan como
a sirvientas y después nos invitan a una comida de negocios, te dan un vestido
a préstamo y sólo podés hablar si alguien te dirige la palabra. Que sea para el
negocio, tu vida privada sucede afuera y carece de interés comercial, sobre
todo de interés comercial. El regreso lo hacés sola, en un auto negro de vidrios
polarizados. Es para engañar a la competencia, “con un trabajo de jerarquía,
esta mujer merece tenerla en nuestro plantel". Lo hablaron al salir, en el hall,
pensando que no entendía, soy hija de rumanos y mis estudios los hice allá. Los
tipos me subestimaron. Para eso estamos las minas.
—¡Ay! Te
comprendo, Chari, pero me largás todo de golpe, no sé cómo ayudarte. A vos,
Tito no te interesa, parece tu mucama y él seguro que está con vos, porque no
tiene trabajo. No lo digo con malicia, quiero entender qué camino podés tomar.
Yo no la paso tan bien como vos creés.
Miré cómo
acariciaba mis manos y comprendí que Rita, mi propia hermana, era la única que
pensaba con afecto, como hizo nuestra Madre, ella nos enseñó.
Dije que
renunciaba para trabajar en la competencia, me pagaban el doble y el cargo era Secretaria
del Presidente.
—Chari, no lo
vamos a permitir, vos te quedás aquí, sos imprescindible, llevás la contaduría
de toda la Empresa y las Sucursales de Miami, de manera tal que cobrarás el cuádruple
de lo que ganabas.
Llamé a Rita de
inmediato. —Me alegra todo lo que te pasó y estar mitad de tiempo aquí y mitad
en Miami, es ideal comparado con tu vida anterior.
Me quedé pensando en su alegría por mí y de
pronto me dio pena Tito, después de todo no era un marido proveedor, pero tenía
una cama excelente, jamás bajó la guardia, me quedé pensando cachonda cuando
escuché al otro lado: —Viste cómo es la vida, primero te quita todo y después
te devuelve lo grande. No sabés, Chari, estoy viviendo con Tito, nunca pensé
que iba a tener un amante, así, lo más, mirá lo que son los gustos. ¿Te acordás
cómo lo denostabas?

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