Conoció sus
zonas erógenas a temprana edad, su Padre, un hombre importante, Presidente de
la Cámara de la banana importada.
Cuando la niña
cumplió cuatro años, su Padre abusó de ella, durante su infancia. Su Madre no tenía relaciones con
el marido y sus histerias aumentaban. El Chofer que la trasladaba a su trabajo,
inventado con un sueldo real, se detuvo en un hotel con garaje individual y sin
mediar palabra, se convirtió en el amante oficial de la Señora.
Ella sabía lo
que ocurría en su casa, pero simulaba ignorar todo, hasta que tenía una hija,
para eso estaba la Niñera. A medida que pasaron los años, la hija fue abusada
por los colegas de su Padre y parientes cosanguíneos, que sabían que la chica
no contaba nada a nadie.
Cuando cumplió
los veinte e iba por su segundo año de Psicología, empezó con terapia, tenía
tanta impotencia, tanta confusión y tantos deseos de venganza, que hasta su
propio Analista horrorizado, en cómo podrían llevar todo aquello. La chica siguió
con su terapia, pero su primer novio, sabiendo la historia contada por ella
misma, con vergüenza de ser culpable, la llevó al mejor Abogado con
especialidad en estos casos. Resultó ser una persona con bonhomía e
inteligencia para proceder. La chica dijo cada nombre de todos los que hacían
un contubernio a su inocencia.
La primera
demanda se hizo a su Padre, con el aval de otros Abogados honestos. Hubo que
ser precavidos, cuando la corrupción pareció una moda insoluble, llegaba más
rápido que la Justicia.
A partir de que
un Juez de la Nación, dictaminó la prisión definitiva para el Padre, fueron
cayendo de a uno en uno, con pruebas más que eficientes, para cumplir sus
condenas de hasta treinta años. La joven fue indemnizada cuantiosamente. Todos
los violadores eran personajes que ignoraban cuánto dinero tenían, en blanco,
negro y amarillo.
Lo que nadie
pudo restituir fue la infancia y la juventud mancillada, por tanto delincuente
encubierto por su silencio y por otros caminos delictivos. Amenazas, golpizas,
robos y hasta dos secuestros extorsivos, al entorno de ella.
La joven sigue
su Análisis, los estudios sorprenden por su tranquilidad para rendir materias
sin descanso y con calificaciones máximas. Le contó al Analista, tiene una beca
de dos años en Alemania.
—Desde ya contás
con mi anuencia, si media un Acompañante Terapéutico.
La chica casi salta
hasta el techo y por fin fue feliz, el que iba a supervisar con compañía, era
su propio novio.

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