viernes, 27 de septiembre de 2019

PERDONES LUJOSOS



   El peor compañero, malo como la peste. 
   —Miralo, se le fruncen las cejas, su primer gesto diabólico, volcó el tintero en mi espalda, si me disculpan, me cambio de pupitre.
   Le pegó en el recreo, al más chico de la clase, todos miraban, nadie hacía nada, lo tenía trabado en el piso y le golpeó la cabeza tres veces. Vino la ambulancia, con una sutura estuvo presente al día siguiente. Se acercó al vándalo: —Dijo mi Vieja, que si alguien me pegaba en una mejilla, dejara que me pegara en la otra, ahora decime, lo que hiciste fue en mi cabeza, lo que viene, ¿es que me patees el culo?
   El desgraciado miró al cielo, nunca bajó la cabeza: —Sí, como si fueras un fulbito, no lo hago porque si me rajan de la Escuela mi Viejo me deshace y eso que no es mi Padre. Es un tipo que mi Vieja se lo trajo, no sé de dónde. A ella la caga a piñas, ya le sacó dos dientes. Va a la Comisaría de la Mujer y nadie le da bola. Se hacen las que se van a ocupar y después nada. Que nadie me diga nada, prefiero esta flia, antes que las flias aburridas que tienen Uds, van a salir todos putos…
   Nada lo detenía, excepto un día que se llevó la Caja de la Cooperadora y lo capturó la Policía. Allí le dieron con la tohalla mojada, no podía ni hablar. Cuando obtuvo su libertad del Reformatorio, que no le reformó nada, volvió a su casa y cuando vio la infamia que cayó sobre su Madre, casi agonizante y sus hermanitos golpeados, entró al dormitorio y vio a su Padrastro beodo. Corrió a la cocina y con una cuchilla le perforó el pecho. Le dieron ocho años de cárcel, por el crimen atenuado por las circunstancias.
   Durante ese tiempo fui todos los días de visita, le llevaba merienda no perecedera, cigarrillos y un dinero que me daba mi Padre, para entregar a los que seguro abusarían de su persona.
   Los compañeros de la Escuela no lo perdonaron a él ni a mí.
   Por buen comportamiento le devolvieron sus escasas pertenencias y atravesó la salida donde yo lo esperaba, con un sobretodo y un abrazo.

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