sábado, 21 de septiembre de 2019

SALUD PÚBLICA



   —Te quería preguntar, ¿viste los brotes de Pancho en la cara? Ahora se le extendieron por todo el cuerpo.
   Liz la miró con anteojos negros, porque era bizca y las personas, cuando le hablaban, no sabían a cuál de los ojos dirigirse, los vidrios negros ahorraban el trabajo de cualquiera.
   —Sí, Vale, con mi nene empezó en la cara y le siguió en las piernas. No es ni varicela ni viruela ni sarampión, ya lo consulté con el pediatra. Es una alergia, ni él sabe cuál es la razón. El Padre, cuando se le hicieron círculos de agua, los pinchó con una aguja, ahora es peor, tiene lastimado en todos los brotes.
   Le cuento para que la aflicción sea compartida.
   —Fijate a la salida del Cole, todos los chicos están igual, los de la tarde también. Para mí es el agua, que viene del Dique, ellos toman de la canilla, ¿y si hablamos con la Directora? Juntar a todos los Padres. Yo me encargo de los Padres, que no falte ninguno y a la vieja la consultamos a la salida. Ella se queda hasta que sale el último niño.
   Fuimos todos, con honda preocupación y le contamos del agua, nos dejó de una pieza, porque la Dire, también tenía en la cara y en las manos, con uñas largas y rojas, se notaba más. Dijo que iba a seguir el protocolo, primero a la Inspectora y después al Ministro de Educación, que nunca se encontraba en su Despacho. Así procedió, se mandaban mensajes y no pasaba nada. Los devolvían con una respuesta que decía: —Ya tendrán noticias, sepan esperar.
   Se extendió a otras Escuelas, hasta que el Ministro los recibió. Al tipo no se le movía un pelo. Obras Sanitarias se puso en contacto con nosotros, tenían compañeros internados. Habrá pasado una semana, Padres, Madres y Obreros, callaron sus quejas. A todos se les mandó un dinero, cash, en un sobre. No decían el remitente.
   Las Autoridades Merqueras, lo solucionaron así y nadie protestó. En estos tiempos, a la gente no le alcanzaba siquiera para comer, tenían atenuantes para el soborno.
   Hasta el más alto cargo de los corruptos, se llenaron de brotes en la cara, lo gracioso de la tragedia, es que en todos los discursos, se rascaban las bolas, de forma ostensible. Los Ordenanzas preparaban el café, con agua de la canilla, ellos también tomaban y no les pasó nada en absoluto.
   Todavía están investigando dónde está el meollo de la cuestión, ahora los papeles están en Suecia, tal vez ellos…

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