Elijo este
rincón por la vista gran angular. Me alimentaban las charlas de los otros. Los
solos hablaban con celular y en voz alta. Las Señoras amigas, tenían sus
respectivos celulares. Eran tiempos muy celularísticos.
—Me llama,
disculpá, tengo que atender sino, llama de nuevo.
—Sí, yo sigo
tejiendo, vos seguí con lo tuyo.
—¿Sabés lo que
me dijo?, está embarazada, me pone los pelos de punta. No pone la cara,
prefiere que me entere por celular y lo va a tener. Dice que será una alegría
para todos. Para mí es una desgracia. Dejá el tejido.
—No puedo dejar,
me falta terminar estos escarpines.
—¿Puedo saber
por qué tanto apuro?
—Me los pidió tu
hija.
—Sos su
cómplice, te contó a vos antes que a mí, la muy sinvergüenza!
—No me grites,
no soy sorda, además la gente nos mira.
—Pero si nadie
nos conoce.
—El tipo del
rincón nos escucha, me doy cuanta porque lee al diario al revés, es todo un
honor que un Escritor, preste atención a nuestras pavadas.
Dejé de escucharlas,
aburren sus inútiles dramas, sobretodo lo de la hija embarazada, tiene más
ganas que aborte a que lo tenga. Si yo fuera ella, la agarro de los pelos y le
digo al Gineco, que lo pase como práctica quirúrgica.
Paso mi escucha
al que está solo y habla con el aparato.
—Ché, Ramón,
¿cerraste las tranqueras? Mirá que el campo es grande, no tardes mucho, lleva
tiempo. ¿Y por qué va a ser? Se filtra el frío por ahí y después en la casa, no
hay leña que alcance. Vos porque dormís en la matera, con tu Mujer que te
calienta, he podido comprobarlo. ¡Je! Corto.
Quería que le
escucharan, todo el verso, para hacer ver, que todavía quedaba el derecho a la
pernada. Había tomado dos cafés grandes, cuatro tostadas y seis medialunas.
Tenía guita el corrupto. Lo conocía de antes que ocupara ese campo. Nadie se lo
vendió, era Testaferro del Intendente. Un asco.
Me voy porque no
queda nadie. Vengo mañana y buscaré otro ángulo, necesito material para mis
cuentos. Voy a observar el comportamiento de los chicos, aunque me ensucien con
helado y los Padres se hagan los boludos. Los chicos son más maduros y escuchar
sus charlas, concilia con la vida. Entonces será hasta mañana.

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