Lo conozco desde
los doce y me gustó tanto su compañía, que nunca lo pude dejar. Me parece que a
él le pasó igual. Cuando le doy un beso profundo, él me contesta dibujando el
aire. Le gusta el Art Nouveau y el Decó, me lo regala con la intención que lo
bese de nuevo. Despido la noche con él y por la mañana lo recibo.
Los dos solos,
salimos a todas partes. Nos echaron de un Café, porque está prohibido el amor
que nos tenemos, en esos besos descarados. Durante el invierno, me daba el
calor de dos amantes para siempre.
Una vez me quiso
dejar, porque estaba embarazada, fue para no hacerme mal. Estuvimos separados
durante nueve meses. Tiempo después jugábamos escondidos. Cuando me enfermé de
los pulmones, él fue el único que estuvo conmigo. Me enseñó nuevas formas del
espacio.
En un viaje de
paisajes bellos, cerca del mar, él quiso suicidarse, porque me estaba muriendo.
Lo salvé cuando se cayó de la cama. No tenía fuerzas, pero igual lo besé. Lo resucité
con la desesperación de no verlo más. Nos fuimos los dos al cielo. Él fue el
creador de nubes diferentes.
Paseábamos por
allí y mirando hacia la Tierra, no extrañábamos nada, yo lo llevo de la mano y
me sigue dando besos.
Estábamos tan
unidos, que nada ni nadie logró separarnos.

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