Voy a darles
consejos a mis amiguitos que tengan Mamis con muy mala onda. Primero y
principal, hay que tratarlas bien. Darles un beso cuando van al Colegio y
cuando pregunten: “¿Qué tal les fue?”, ustedes contesten que se sacaron todo
diez. Ligarán un heladito de chocolate.
Acariciarles el
pelo si es que no fueron a la Peluquería y decirles:
—Mami linda y
buena, ¿no me contás un cuentito?
Ella, con mala
onda ter dirá:
—Decile a tu
Papá que te lo cuente, los jueves salgo con mis amigas.
Ese es un punto
que tenés a favor, para no regalarle nada el Día de La Madre. En cambio si te
acercás y se pone a tirarte almohadones, armarte tu carpita en la pieza,
prenderte una ristra de luces de colores. Ahí sí merece que le regales. Tendrás
que salir con tu Papi, que usa tarjeta para todo y elegís una caja de bombones.
Las Mamis lindas
y buenas serán capaces de dejar la caja de bombones en la mesita del living. Te
comés todos los de licor y vas a soñar con los angelitos.
Puede que tenga
verdadera y grandísima mala onda, ser igual a Cruela Devil, arrojarte por las
escaleras por pisarle la pashmina. Empujarte al baño y llenarte la bañadera con
agua fría. Luego entra y te agradece que te hayas bañado sin usar agua
caliente. Eso le impediría pintarse los ojos si hay vapor. No se da cuenta y te
encierra con llave, desnudo y sin tohallón. Ésta sí que lo merece, le gritás de
todo, pero anteponé el “dice Papi”:
—Sos una yegua
como dice Papi, qué mina boluda, como dice Papi. Sos putarraca, eso dice Papi.
Antes de huir de
tu casa, no te olvides el osito.

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