viernes, 7 de mayo de 2021

MEDIANERAS PARTE III

 

   Robaron mi basurín cuatro veces. No me dieron ganas de comprar otro más. Dejaba las bolsas en los basurines que lograron sobrevivir. Uno grande tenía la vecina de la esquina y allí depositaba todo, que no era nada. Puso un cartel en su distinguido basurín que decía: “Este basurín es únicamente para residuos familiares”.

   Antes de esto, la mujer tuvo un accidente, el auto se dio vuelta tres veces, estuvo grave. Fui a decirles que si necesitaban algo, contaran conmigo. Llegué a pensar que había muerto, pero no.  Apareció barriendo la vereda. A partir de ahí le decíamos: “Il morto qui parla”. Un día el marido vino a la casa, furioso. Porque según él, le seguíamos usando el basurín.

   —A ver, salí si sos tan valiente.

   Salí y el tipo me pechaba, como si yo fuera un hombre.

   —Si nosotros no lo usamos más, tenemos el propio, tal vez fue otra persona. ¿No lo pensó?

   Se fue tan furioso como cuando vino. A la mañana se murió de un paro cardíaco. Me encantó que quedara un vecino menos.

   Un vecino menos, es un vecino menos.

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