Consiguieron un
trabajo en una escuela rural. Él era el Director y ella la Maestra. Tenían
veinte alumnos.
Había vientos
fuertes y lluvia. Los chicos no faltaban jamás. Ellos recibían los sueldos por
correo y el papá de un chico hacía de cartero. Fue lamentable, no percibían
sueldo y en dos semanas llegaba una Inspectora de Escuelas.
El Dire se desplazaba
por doquier con una bata de pirineo rojo y bordes dorados. Ella daba clases en
camisón, sobre todo y pantuflas de cordero.
Aprendieron
cuerpos geométricos, usando estructuras de cañas y papel de diario. Cuando el
viento cesaba, cada chico señalaba el cuerpo que más le gustara y explicaba las
caras, vértices y rectas. La esfera era conocida por todos. La pelota que
jugaban los domingos, el Director era el arquero, atajaba todo con la bata
puesta. La Maestra esperaba que haya viento para comenzar la clase de
barriletes. Cometas que los chicos hacían con papeles livianos, traídos por la Maestra
platense. Morían de placer por los colores que ascendían, hasta que a alguno se
le terminaba el hilo y todos podían ver cómo el barrilete rojo llegaba al
cielo.
Les enseñaron a
preparar una sopa, con tres verduritas. Todos tomaban un jarro. El Dire tenía
un horno de barro. Les daban pan en el mate cocido con leche.
Los ahorros del
Dire y la Maestra terminaron, ellos siguieron sin contar a nadie.
Apareció la
típica inspectora traje azul, blusa blanca, tacos carretel y caminaba estilo “apretando
el paso, cerrando el culo”.
Tocó la campana
y antes de saludar preguntó porqué no teníamos bandera, el Dire se brotó —No
sé, a lo mejor está con los cuatro meses que nos deben.
La Inspectodo
preguntó por dónde estaba el material didáctico. Ella le respondió con firmeza
que allí el material didáctico se encontraba en el cielo, en la tierra y entre
las personas. —Quiero algún testimonio real.
Le mostraron las clases de “barrilete”, las de
gimnasia, las de geometría —Pidió que no siguieramos, era suficiente.
La Maestra le
cebó un matienzo. —¿En serio hace cinco meses que no cobran? Yo, algo voy a
solucionar. Les doy mi palabra. Es un paso en la Educación lo que hacen. Lo voy
a decir.
En menos de una
semana llegaron sus sueldos, tres encomiendas gigantes y una bandera nueva.
—¿Qué hago con
este palo que llaman mástil?-Dijo ella-.
Contestó él —Y…métela
para sostener el techo de allá.
—Bien ¿Y la
bandera?
—En el agujero
de la ventana, ponela doble con cuatro chinches.
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