miércoles, 12 de octubre de 2016

SUEÑOS DE VISTA


De la calle a la vereda. Rugiendo salvaje.
Entraba en la galería, reculaba y estacionaba la moto como los apasionados, con un sapucay de sonido ronco, roto. Peguntaba si había mate, Luca alcanzaba uno dulce, Artemio escupía en un canasto, con asco.
“- Si un tipo no usa patillas, no toma mate amargo y no le gustan los Beatles, es una mierda. Son tres mandamientos, Luca, no seas puto, son códigos. ¿Calás?” Y había que cumplir, era un personaje mítico para la tribu de la galería.
Artemio tenía tres amores, su Harley Davidson, original, su mujer y sus hijos: Elvis y Porro. 
“-Comemos con sesenta mangos por día, los cuatro. Austero pero completo, somos todos sanitos, pura fibra.” El día que le preguntaron los años dijo que era la pregunta más estúpida que se le podía hacer a un ser humano. “- A veces tengo ocho, a veces mil, otras siento que todavía no nací, depende del día, el humor y los latidos.” Sintió un olor conocido, en un local desconocido. Corrió la puerta y sin permiso, tomó el pucho de un adolescente azorado. Le dio tres pitadas “- Excelente material pibe, ahora viene la mejor parte. Cerrá los ojos, imaginá pendejo, desierto de Arizona, un Ford Thunderbird con el acelerador hasta el culo, una mina al lado, rubia, muda y gomas de nacimiento. ¿Me seguís? En el medio de los dos, una botella de Jack Daniel’s, le das un beso de vez en cuando… ¡No boludo! Al whisky. La mina viene después, lo más pibe, lo más. Lo más no se cuenta, se vive.” Los otros lo escuchan, la voz rebota en el techo, en el piso y en las cabezas, todos tienen los ojos cerrados, cuando Artemio arranca la Harley y se pierde. Pasa algunos días a tomar mate y les remonta la bobera.
Transcurrió tanto tiempo sin él, que empezaron a extrañar. Apareció una mujercita, de mirada inquieta, preguntó por Luca. “- Mucho gusto, soy Vicenta, la mujer de Artemio, disculpá que aparezca así, pero me preocupa.
Luca ¿vos tenés alguna noticia? Artemio fue a España, a Barcelona. Se despidió sólo de nosotros y no sabemos nada… ¿así que vos tampoco?”
La acompañó a la embajada, se comunicaron con Barcelona, nadie sabía nada. Vicenta lloraba y Luca trataba de convencerla de que Artemio era un personaje anárquico y tal vez… “- Sí, sí, entiendo pero él fue a buscar un dinero que le correspondía, es todo tan extraño. Dijo que nos llamaría ni bien llegara.” La mujercita despidió a todos con sonrisa triste y ojos de agua.
   A cuatro meses de la partida, encontraron su cuerpo entre escombros, en las afueras de Barcelona. La pericia demostró que Artemio murió apuñalado, el mismo día que llegó a Barcelona. Interpol desconoce móviles e involucrados. Vicenta limpia casas, Elvis y Porro trabajan en la galería, con Luca y el resto. Hay fotos de Artemio en las paredes de todos los locales.
                                                                               

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