El abuelo fue
mayordomo, el padre fue mayordomo. El hijo, Petronio, era mayordomo de unos
peculadores vitalicios, que recibían visitas durante el día y por las noches
también. Petronio les cerraba la puerta en las narices cuando tenía sueño.
Nadie decía nada, un chisme así al Señor Mascapito, era un desafío que los
podía dejar apartheid.
El mayordomo,
cleptómano como su padre y su abuelo, mientras las visitas charlaban
entusiastas, se metía cubiertos en los bolsillos, vajilla en la espalda y
fulares atados bajo los pantalones.
En sus días
libres se dedicaba a poner su quinta en orden, la vajilla la usaba para
depositar sus macetas preferidas. A las plantas que necesitaban tutores, les
hundía un tenedor en la tierra y un fular envolviendo los tallos. El Señor
Mascapito, advirtió que faltaba vajilla, medias, corbatas y cuadros. Convocó
todo su personal a una charla abierta, Petronio no, el Señor hubiera puesto las
manos en el fuego por él. Y lo bien que hacía, Petronio trabajaba para MISTERIO
CHILDREN, los SIDA, OSDER, ARBAJ y
ANSTEROBA. Así como era cleptómano, también ejercía la mitomanía y la
quiromancia callejera.
Al Señor
Mascapito le daba miedo su mayordomo, por eso lo trataba con deferencia
incondicional. Cuando el mayordomo presenció una compra de niños para
prostitución pedófica, resolvió denunciarlo. Se prescindió de su testimonio por
ser el Presidente de la CIA.
Petronio Cuento, él en persona, se encargó del Señor Mascapito, lo fusiló una docena de veces.
Petronio rompió
el mandato familiar de la Mayordomía, por su hábito fusilófilo.Petronio Cuento, él en persona, se encargó del Señor Mascapito, lo fusiló una docena de veces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario