miércoles, 23 de noviembre de 2016

SER DIGNO DE NO


   —Vos no sos peronista. -Dije un no rotundo-.
   ÉL acercó sus cejas a las mías —Entonces sos gorila.
   Le pregunté cómo sabía. —El otro día vi a tu viejo cambiando la rueda del auto, agachado, le salían tantos pelos del culo que parecía una peluca. Un gorila de la primera hora.
   Le mandé unas cuantas —Mirá, si vamos a vivir juntos, lo mejor es ignorar diferencias políticas y reparar en qué clase de personas somos.
   Mi viejo pagaba el alquiler del depto., Él debía darme la mitad. Nunca lo hizo, juró que con su trabajo se pondría al día. Nos recibimos a los dos meses. Ahora, para ser médico, sólo eran necesarios dos meses. Debíamos aprender el siguiente texto “Si usted hace vida sedentaria, camine. Trate de no fumar, al menos en sus caminatas”.
   A los profesores les llevaba energía y fracasos. Los alumnos hablaban con faltas de ortografía, el significado de sedentario los remitía a la seda y al otario. Interpretaban que caminar fumando daba vida.
   Yo y mi amigo, o mi amigo y yo, nos recibimos en tiempo y forma. Fuimos felicitados por la mesa de negociación. Ahora trabajamos en el mismo Restorán, lavar platos y romper copas. No percibimos un céntimo, porque el restorán quedó sin ninguna copa. Adujimos que éramos médicos diplomados. —¿Y a mí qué carajo me importa?-Dijo el Kapo-.
   —Hay arquitectos, abogados, ingenieros en todo, trabajando en lo que sea, para eso estudiaron.
   Mi amigo dijo —¿Ves? Nos echaron por peronistas.
   Y pensé unos segundos —No. Te equivocaste mal, nos echaron por romper las copas. Aah! Casi me olvido, pagále a mi viejo lo que me debés, sino me va a empezar a romper las bolas.
   El amigo, con gesto de inteligencia deportada y voz de mercenario, aseguró —Para que la prosperidad y la paz, esté con nosotros, primero hay que romper las copas, bolas, autos, casas. Bueno, ahí termina y te digo más, no creo que empiece. 
                                                         

No hay comentarios:

Publicar un comentario