jueves, 20 de julio de 2017

ROJO

  
   La playa ventoleaba todo el día, el mar enfurecía de noche, rugía. La naturaleza se expresa sin avisar. Una sombrilla roja, donde se instalara comenzaba a rodar. Milton la corría, la tela roja y amplia se transformó en un círculo estrecho. Él la siguió hasta ver alguien lejano  asir la sombrilla y entrar entre dos médanos. Se sintió más tranquilo, al menos no la llevó el viento, se encontraba en manos de otra persona, no está sola. —Sr, busco una chica que estaba bajo su sombrilla roja ¿No sabe dónde fue?
   —Las mujeres son impredecibles, dijo que regresaba a buscarlo porque debía estar preocupado, también dijo que lo quería mucho.
   —Gracias por sus datos, ya mismo la alcanzo, corrió a medio pulmón. Se detuvo, ella tomaba sol con una bikini roja mientras mordía una manzana. Milton fue por detrás y le tapó los ojos.
   —Ya sé que sos vos, me doy cuenta por lo torpe.
   —Volvamos a casa, Mamá estará enojada. ¿Por qué, si sabe que estoy con vos?
   —Yo soy el responsable de la tardanza.
   La Madre los recibió con un vaso de whisky hasta el borde.
   —¡Qúe graciosos se ven, Milton hecho un hombre y la Querubina todavía mi bebé, dame un beso.
   —Estás borracha, cuando se te vaya, sabemos que tu madrugón es al mediodía, te voy a dar un beso.
   La Madre puso música de los 90. Invitó a bailar a Milton. Se zarandeaba como si fuera adolescente, luego se colgó de Milton. —Llevame a la cama, todo da vueltas y vueltas.
   No pesa nada, no me molesta llevarla.
   Hay cosas que debo solucionar, como dijo ella misma, soy un hombre y ésta es mi flia. Parezco el Padre de mi Madre y mi Hermana. Espero que Papá vuelva pronto.
                                        

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