Llanuras sin
cultivos, sin tambos. El ganado flaco como alambre de púa, los huesitos parecen
púas. El Intendente, estúpido como todos los Intendentes, no brinda ayuda. Le
mandaron a su pueblucho una partida de 250 millones de pesos, a distribuir en reparaciones
ruteras, para baches lagunados.
—Cacho, llevemos
a los chicos a pasear este domingo, están pegados a Internet y esos juegos
adictivos y tontos.
—Tenés razón,
Mirna, hoy anunciaron altoparlantes, la inauguración de un pozo lleno de agua,
con animales prehistóricos.
—¿Y no muerden,
Che?
—No!!, son
mansitos y adoran a los niños.
Los vistieron
con enteritos blindados, por prevención. Cuando llegaron, había sol que no
calienta pero alegra.
—Mirna, mirá tus
hijos, se tiraron a nadar con los dinosaurios.
—Son tus hijos
también y no sé nadar.
—Yo tampoco.
Apareció un
matrimonio de pterodáctilos y con suavidad retiraron los chicos del agua y los
entregaron a sus padres. Ellos les agradecieron con unas ristras de salames Granja
Encontrada. Un brontosaurio hablador les informó que los doscientos cincuenta
millones, se invirtieron en 450 licitaciones, no llevadas a cabo, los usaron
para los rabos de los terciarios.
—¡Vamos, vamos! Suban
al auto, nosotros los seguimos. Hay baches de tres metros de profundidad,
dejemos este Parque Traumático.
Es obvio que el
pueblucho es perverso, lavador, testaferrista y mafioso. Cacho Mirna y los
chicos se sintieron seguros, hasta descubrir en los espejos retrovisores que
los animales se derretían, los habían confeccionado con soja y goma de pegar. 
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