Voy de carnada,
el Príncipe debe salir primero en las votaciones del mes que viene. Tengo un
color negroideo, diariamente me sumergen en cincuenta litros de lavandina pura,
hasta que se me arruguen los dedos. Debo estar espléndida, seré la mujer del Príncipe.
Un mes de baños
hicieron que mi piel cayera y apareció una blanca con bastantes magullones. Una
criada francesa compró el corset más chico que encontró y con empeño real,
transformó mi cuerpo en un ocho. Los muslos fueron envueltos en corsets
musleros. Mis tetas llegaron al mentón.
Recomendaron un
perfume oriental, que me llegaría al ombligo. Mi pelo iba envuelto en rosas
rojas, cual ruleros floridos. Yo misma miraba al espejo y no podía creer mi esplendor
refulgente.
—Estimada y
nunca bien ponderada Señorita Del Catré, es usted más de lo que yo esperaba.
Bajo mi estómago prominente de mujer unpregnant de nueve meses, yace un león
con hambre de carnada, que ruge, ruge y ruge…creo prudente adelantar nuestra
boda, tal vez alivie el león que necesita ablandarse, para dar algo de color a
mis mejillas. Veo que sus labios son finos, pienso morderlos hasta
transformarlos en manzanas rojas. Ya verá cómo el Príncipe Idiota, sale segundo
y yo primero a la cabeza.
—Su Majestad, ¿será
posible quitarme los arneses corseteros hasta la boda?
El Príncipe dio
una vuelta amanerada:
—Mi querida, a ver si se me asfixia después del enlace,
quítese todo y descanse sus gracias chancheras, con las cuales haremos toda
clase de chanchadas.
El Príncipe, que
era dado a diplomacias ganadoras, invitó al castillo a su oponente y su Señora
esposa, Abada Del Diario. Grande fue su asombro, cuando notó que el Príncipe
Idiota, se había estirado la cara y su mujer también. —Pasen, mis queridos
invitados opositores.
Llevó aparte al
Príncipe Idiota. —No prometas cosas, en tu discurso, que no cumplirás, porque
el Principado anterior, se llevó hasta mi pitillera, vos en el molde.
¿Entendés? Yo al pueblo le prometeré, casa, comida y trabajo, considero que es
más de lo que merecen y cerrando nuestra charla, quédate piola, que si no te
vas a arrugar todo.
El Príncipe
Idiota, le metió una trompada en la papada, su contrincante, más democrático,
por cierto, le contestó con un rodillazo en la cara, haciendo caer su cirugía.
Lo benefició, parecía más inteligente el Idiota. Llegaron a los comicios y el
ganador fue…vamos, vamos, como siempre, el que gobernará es y será, también en
los segundos comicios, el Príncipe Idiota.

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