martes, 8 de octubre de 2019

21 DE SEPTIEMBRE


   Ayer fue el Día de la Primavera, fue sábado y no se escuchó en la manzana donde vivo, ni risas, ni música, menos mal, porque les gusta la salsa, la cumbia y otras cosas que deprimen, relatos de fútbol grabados.
    Hoy fue domingo y todos los fondos que coinciden, empezaron con los fueguitos y el olor del asado que invadió mi casa, no sé quién hizo pollo y hablaban al mismo tiempo, de pronto un silencio largo, estaban como un coro en plena masticación y se escuchaba crunch crunch y seguían en silencio, hasta que abrieron los vinos. Brindaban a los gritos y se tiraban con pancitos, “un aplauso para el asador”.
   Volvió el silencio justo cuando terminaban los vinos, se escucharon los snif snif, en todas partes aspiraban al unísono y era merca de la buena. Todos resucitaron y empezaron a decir boludeces imperdonables, delante de los chicos, que no merecían aquél espectáculo grotesco. Soy vegetariana, para mí comer vaca es como carne de persona y el pollo es muy similar a comer pajarito. Mi dieta es vaporizada, verdura y semillas de cualquier cosa que tenga nutrientes.
   —Ché, Vieja, ¿Qué te parece si hago unos fideos con salsa?, queso de rallar que trajo Rubén y la esposa que viene sola. Desde que se divorciaron andan más juntos que nunca, se dan besos de lengua, con la comida adentro de la boca.
   A mí me viene perfecto, porque voy al baño y vomito todo lo que comí. Es una forma de adelgazar. Prefiero que vengan poco a visitarnos. Rubén es una excelente persona, cuando se divorciaron, la mujer se fue a vivir enfrente. Se visitaban todas las tardes y terminaban franeleando mientras los vecinos salían a la puerta, para mirarlos.
   —¿Sabés que cuando los ves en la vereda,-Contaba Pancha-, ella anda sin calzón?
   Le dije al viejo, que no los invitemos más y si llegan a aparecer, hacemos de cuenta que no estamos.
 Sacó la reposera al jardín y estuvo de acuerdo. Tomamos dos copas de vino y cuando deja de dar el sol, nos vamos a dormir la siesta.
   A las dos horas nos levantamos y tomamos té verde con galletitas dietéticas, miramos una serie en la bohardilla. A veces le vemos cuatro capítulos seguidos,  apagamos el entontecedor y bajamos a comer bananas con gelatina.
   Me tomo dos pastillas para dormir. No voy a seguir contando, porque nuestra vida, es una joda bárbara.


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