martes, 22 de octubre de 2019

DENUNCIA



   Da el solcito sobre el cuaderno, la música es de Albinoni, cuánto tiempo sin internet tenían los músicos, para componer tanta maravilla. Siempre, o casi, hay un él, en este momento toma una ducha, me dan ganas de meterme con él. Recuerdo las dimensiones del duchero y las ganas desaparecen.
   Mejor me voy a la orilla y me sumerjo con la tercera ola. ¡Qué masajes nos hace el mar! Esa virtud de tragarnos y devolvernos, me recuerda la música de Albinoni, llega casi hasta aquí. El mar es calma chicha y la brisa llena mis oídos con notas.
   Es una pena, pero aparecen tres cuatriciclos con seis boludos, que abandonan sus máquinas de joder los sonidos del mar, se meten y nadan hacia mí. Me violan cinco, al sexto no se le para.
  Yo tomo la frase de relájate y goza. Me relajé pero no gocé. Se fueron en sus molestias rodantes.
   Él nada hasta donde estoy y pregunta si me indispuse. Le dije que sí y fui caminando hasta el Destacamento.  

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