lunes, 7 de octubre de 2019

PRIMAVERA TRAIDORA



   Acostarme en la cama a las dos de la tarde y mirar una serie de netflix, me evita las pastillitas para dormir, porque me duerme la película. Siento escalofríos y me pongo tres acolchados, mojo todo el piyama, me tomo la fiebre y tengo 39°. Recordé que mi Tía Cata se olvidó un blíster de ibupirac, me tomé tres de una vez, me da miedo tanta fiebre.
   Tarda en bajar, entonces llamo a mi hijo que vive a 400 km de casa y le explico la situación.
    —Sí, Mami, acá estamos todos así, tomá tecitos vic y si no, hacete un jengibre hervido, con whisky y limón. Yo Mamita te quiero, pero estoy hasta las manos con el laburo, si no aprovecho esta ola, me comen los chimangos, justo viene un cliente, beso y si necesitás algo, llamame.  
   De la bronca, tiré el teléfono a la mierda, o sea, si yo me enfermo la soledad aprieta impía, la muy puta. Cuando pequeña, tipo seis años y se presentaban estos síntomas, Mamita querida decía: —Fijate en la heladera, a ver si hay algo, si no llamá a tu Padre, a la oficina.
    Un tipazo mi viejo: —Fijate en el baño, en el segundo cajón, allí hay un frasco de vick vaporub, sacá una buena porción y te hacés friegas en el pecho. Te presto mi pañuelo de seda, encima la bufanda de lana de conejo y tapate con cuatro frazadas. Si te seguís sintiendo mal, no te olvides que todo pasa en esta vida, al final te va a pasar. Decile a la turra de tu Vieja, que lo llame a Germán Niedfeld -Era nuestro Médico de cabecera que vivía enfrente.- Nena, mejor suspendé que le dije “turra”, porque es una persona que no diferencia lo que está bien y lo que está mal y es capaz de matarnos, para poder vivir sola.
   Uy, qué impresión me dio, a Mamita querida le hubiera gustado vivir sola. Al final nos parecemos, a mí lo único que me gusta de la vida, es vivir sola. Sin matar a nadie, eso sería mucho laburo y tengo la cuchilla sin afilar.

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