lunes, 13 de abril de 2020

A CAMPO TRAVIESA


   A 400 km, está mi hijo, me pongo paranoica si no lo vuelvo a ver. Los vehículos estaban prohibidos, decidí ir caminando con una mochila donde metí cualquier cosa, llevé el bastón de mi Abuelo.
   Caminé a campo traviesa, saliendo de noche llegué a los 300 km, los árboles me parecieron que se juntaban para mirarme pasar. Pasé entre los girasoles, la soja y el trigo. De día resultó más complicado, tenía que pedir permiso a los peones de a caballo. Rogaban que me mantuviera lejos de ellos y me indicaban caminos para cortar y eludir las rutas.
   Vieron mi cara de muerta de hambre y me trajeron salame, queso, pan y agua.
   —Ud quédese ahí, nosotros le dejamos los víveres en la tranquera, espere que nos vayamos y agárrese la bolsa en el alambrado.
   Ese comportamiento me dio ánimo para seguir. La brújula que llevé me orientaba, hasta que se la regalé a una Señora que me hizo empanadas y dos porrros de sus hijos.
   —Éstos no son de los que te duermen, éstos te van a activar.
   Me lo dejó en la tranquera y yo le regalé mi brújula, salió gritando que gracias, desde la puerta del rancho. Me acordé de mi Tío, que aprendió en la colimba, siguiendo la dirección con el mantra: “Apretando el paso, cerrando el culo”.
   Cuando llegué a la entrada de la Ciudad, vi que había luces de Policía y montones de autos detenidos. Yo sabía de un camino de cañas, que no tenía camino. Me caí un montón de veces, raspaban las cañas. Parecían las caídas de Cristo antes que lo crucificaran. Tomé por la 44 y todos siguieron lo suyo. Llegué a media mañana al depto. de mi hijo.
   Él siempre fue autoexigente y lo que se proponía, cumplía a rajatablas. —Madre, yo cumplo con la cuarentena y me cuido, no salgo a la calle jamás, ni hablo, ni toco. Tengo la casa forrada de alcohol gel y un preparado de spray con 70% de alcohol y 30% de agua. ¿Cómo se atreve a llegar casi hasta mí?, hágase responsable, vaya por donde vino, que Papá la debe estar extrañando. Ya nos vamos a ver, no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, una vieja frase que en este momento optimiza.

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