A 400 km, está
mi hijo, me pongo paranoica si no lo vuelvo a ver. Los vehículos estaban
prohibidos, decidí ir caminando con una mochila donde metí cualquier cosa,
llevé el bastón de mi Abuelo.
Caminé a campo
traviesa, saliendo de noche llegué a los 300 km, los árboles me parecieron que
se juntaban para mirarme pasar. Pasé entre los girasoles, la soja y el trigo.
De día resultó más complicado, tenía que pedir permiso a los peones de a
caballo. Rogaban que me mantuviera lejos de ellos y me indicaban caminos para
cortar y eludir las rutas.
Vieron mi cara
de muerta de hambre y me trajeron salame, queso, pan y agua.
—Ud quédese ahí,
nosotros le dejamos los víveres en la tranquera, espere que nos vayamos y
agárrese la bolsa en el alambrado.
Ese
comportamiento me dio ánimo para seguir. La brújula que llevé me orientaba,
hasta que se la regalé a una Señora que me hizo empanadas y dos porrros de sus
hijos.
—Éstos no son de
los que te duermen, éstos te van a activar.
Me lo dejó en la
tranquera y yo le regalé mi brújula, salió gritando que gracias, desde la
puerta del rancho. Me acordé de mi Tío, que aprendió en la colimba, siguiendo
la dirección con el mantra: “Apretando el paso, cerrando el culo”.
Cuando llegué a
la entrada de la Ciudad, vi que había luces de Policía y montones de autos
detenidos. Yo sabía de un camino de cañas, que no tenía camino. Me caí un
montón de veces, raspaban las cañas. Parecían las caídas de Cristo antes que lo
crucificaran. Tomé por la 44 y todos siguieron lo suyo. Llegué a media mañana
al depto. de mi hijo.
Él siempre fue
autoexigente y lo que se proponía, cumplía a rajatablas. —Madre, yo cumplo con
la cuarentena y me cuido, no salgo a la calle jamás, ni hablo, ni toco. Tengo
la casa forrada de alcohol gel y un preparado de spray con 70% de alcohol y 30%
de agua. ¿Cómo se atreve a llegar casi hasta mí?, hágase responsable, vaya por
donde vino, que Papá la debe estar extrañando. Ya nos vamos a ver, no hay mal
que dure cien años ni cuerpo que lo resista, una vieja frase que en este
momento optimiza.

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