jueves, 16 de abril de 2020

MI CHAPLIN PREFERIDO ME SALVÓ


   —Me obligaste, casi, a estudiar Derecho y lo que más hubiera querido era ser Dibujante. Los Abogados, el Abuelo no, el Bisabuelo tampoco, fueron un ejemplo. Por algo, al Dr Mendoza lo llaman Ave Negra, porque se alimentan de la osamenta, es lo único todavía no le comieron, al cliente desplumado con rapidez.
   —No, Mijita, estás equivocada. El que defiende lo que dice la Ley, es hombre justo y honrado, no tiene plumas negras, porque roza el vuelo de una paloma. Me avergüenza hacer ostentación de mi persona, pero yo soy así, por eso en casa entran más expedientes que dinero.
   Da pena su cara de hombre bueno. —Me anoté en Bellas Artes y saqué las mejores notas en el ingreso.
   —Me complicás, ¿cómo le digo a tu Madre?
   Yo le tendría que contestar igual que cuando le informaste que tenías relaciones sexuales con tu Secretaria, porque Mamá se negaba siempre.
   —Papi, aprovechá a decirle que estoy embarazada y me voy a vivir con una compañera.
   —Después no sé, Papá te necesito, teneme la mano. La Partera opina que mi parto será normal, normal le dice la bestia. Papá qué suerte que viniste, dame la mano así me siento protegida.
   En cuatro pujos salió el bebé.
   —Gracias, Papá, acercá tu oído que casi no puedo hablar.
   Dijo la Partera: —Sra, su Padre no estuvo nunca y su mano la soporté yo.
   Cómo son las personas. Todos me rodean de pie y yo acá, en este cajón, con mi mejor traje de Rhoders, el perfume de Brighton, la corbata de seda. La burra de mi Mujer, no sabe que en el encierro, las polillas se van a comer mi ropa. Mi Suegra mira satisfecha, mi pobreza siempre le dio náuseas.
   Fueron hasta mis Vecinos, para tomarse un cafecito y hablar de cualquier cosa, hasta llegar a las risotadas. Eso pasa por vivir en un barrio grasa. Vino el Padre Rozas, que en los sermones se basaba en la realidad y se indignaba con los políticos. Siempre le tuve afecto. Escuché la famosa voz interna: —Tendrás una estrella en el Cielo, podrás ver a tu Hija. Seguirá su vida libertina, la podrás ayudar. Ella misma te llamará. Igual con tu visión privilegiada, podrás enterarte antes que ella. Tu hija querrá que la acompañes a la plaza, para ver a tu Nietito. Le podrás preguntar cualquier cosa del Niño. Tu Hija te va a contestar y seguro, hablando sola, nadie más te va a ver.
   —Sra, tal vez esté distraída, pero charla sola, van a pensar que está loca.
   —Que piensen lo que quieran, yo estoy con mi Papá, que será mío para siempre.

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