—Me obligaste,
casi, a estudiar Derecho y lo que más hubiera querido era ser Dibujante. Los
Abogados, el Abuelo no, el Bisabuelo tampoco, fueron un ejemplo. Por algo, al
Dr Mendoza lo llaman Ave Negra, porque se alimentan de la osamenta, es lo único
todavía no le comieron, al cliente desplumado con rapidez.
—No, Mijita,
estás equivocada. El que defiende lo que dice la Ley, es hombre justo y honrado,
no tiene plumas negras, porque roza el vuelo de una paloma. Me avergüenza hacer
ostentación de mi persona, pero yo soy así, por eso en casa entran más
expedientes que dinero.
Da pena su cara
de hombre bueno. —Me anoté en Bellas Artes y saqué las mejores notas en el
ingreso.
—Me complicás,
¿cómo le digo a tu Madre?
Yo le tendría
que contestar igual que cuando le informaste que tenías relaciones sexuales con
tu Secretaria, porque Mamá se negaba siempre.
—Papi, aprovechá
a decirle que estoy embarazada y me voy a vivir con una compañera.
—Después no sé,
Papá te necesito, teneme la mano. La Partera opina que mi parto será normal,
normal le dice la bestia. Papá qué suerte que viniste, dame la mano así me
siento protegida.
En cuatro pujos
salió el bebé.
—Gracias, Papá,
acercá tu oído que casi no puedo hablar.
Dijo la Partera:
—Sra, su Padre no estuvo nunca y su mano la soporté yo.
Cómo son las personas. Todos me rodean de pie
y yo acá, en este cajón, con mi mejor traje de Rhoders, el perfume de Brighton,
la corbata de seda. La burra de mi Mujer, no sabe que en el encierro, las
polillas se van a comer mi ropa. Mi Suegra mira satisfecha, mi pobreza siempre
le dio náuseas.
Fueron hasta mis
Vecinos, para tomarse un cafecito y hablar de cualquier cosa, hasta llegar a
las risotadas. Eso pasa por vivir en un barrio grasa. Vino el Padre Rozas, que
en los sermones se basaba en la realidad y se indignaba con los políticos. Siempre
le tuve afecto. Escuché la famosa voz interna: —Tendrás una estrella en el
Cielo, podrás ver a tu Hija. Seguirá su vida libertina, la podrás ayudar. Ella
misma te llamará. Igual con tu visión privilegiada, podrás enterarte antes que
ella. Tu hija querrá que la acompañes a la plaza, para ver a tu Nietito. Le
podrás preguntar cualquier cosa del Niño. Tu Hija te va a contestar y seguro,
hablando sola, nadie más te va a ver.
—Sra, tal vez
esté distraída, pero charla sola, van a pensar que está loca.
—Que piensen lo
que quieran, yo estoy con mi Papá, que será mío para siempre.

No hay comentarios:
Publicar un comentario