martes, 14 de abril de 2020

LA VITTORIA E NOSTRA


   —Srta Lívida, ¿usted se preguntó por qué sus cuentos los dedica casi exclusivamente al sexo?
   —Dr Bisel, le voy a tener que contestar gritando, si usted dijo que le hablara a seis metros de distancia…
   —No se haga problema, no se escucha nada, se fueron todos de vacaciones y no los dejan volver.
   —Dr Bisel, vengo para que me ayude, no puedo salir del tema, estar en mi casa, encerrada, escribiendo. !! Quiero cojer!!, con cualquiera, con un cartonero, con un pordiosero, con el portero, que si no es push up, tiene un bulto, estoy segura que sirve. Pero todos están en cuarentena. Hoy vi en el bosque de enfrente, dos que se revolcaban, casi cruzo y me meto en el medio. Pero yo respeto las reglas y volví a las teclas. Cuando usted me llamó para retomar, me pareció excelente idea, hasta pensé que usted estaba sin un mango.
   —También me afecta que el trabajo que estaba en vías de resolución, de cada paciente, con esta situación iban a culear, perdón, fue un furcio, a recular, pérdida de tiempo y espacio, alzheimerianos repentinos en los más memoriosos. Sentaba mal precedente como Psicólogo. Srta Lívida, ¿y si hacemos el precalentamiento de yoga? Póngase en postura y yo la sigo, no sé por dónde empezar.
   —Dr Bisel, por donde quiera, yo prefiero por adelante, no le hago asco a que me monte. Invento cosas cuando escribo. Soy suya, pero ojo, usted es mío. Vamos de una, ya calenté.
   —¡Allá vamos!, qué cosa, todas mis Pacientes quieren ya. Con lo lindos que son los prolegómenos. La tengo que curar y espero, para el pago, que abran los Bancos o los kioscos dedicados.
   —¿Puedo venir la semana que viene?

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