sábado, 20 de julio de 2024

DÉCADA INFAME

    Él dormía compensando el tiempo que todos negaban. Él se acordaba, sí que se acordaba. Manos negras lo arrastraron de los pelos.

   Se lo llevaron, sí se lo llevaron. Su madre gritaba tocando puertas y diciendo a gritos:

     —¡¡Se llevaron a mi hijo!!

   Él escuchaba su madre y le quería contestar.

   —Madre, estoy aquí y estoy vivo! No me llore, eso sí me mata. Cortaron mis dedos, vendieron mi hijo. No sabe lo bestias que son, madre. Tengo compañeros torturados que no cuentan, porque tanto dolor reiterado los mató. Había tanta sangre, nuestras caras desfiguradas hicieron que no nos reconociéramos. Nadie soportó tanto, por eso le pido que me  cuente un cuento…

   Así me gustaría que empezara: “Hijo, haga desaparecer sus pesadillas, yo estoy aquí para protegerlo y detrás suyo están los que tienen oído absoluto, ruegan, siempre ruegan, tienen esperanza. Pobrecitos”.

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