miércoles, 3 de julio de 2024

LE TEMPS DE LA VIEILLESSE

   —Voy a dormir un ratito.

   —Yo voy a dormir un ratón. ¿Te diste cuenta que en casa y en el altillo hay ratones? Voy a comprar veneno, se desintegran, quedan los huesitos. Fijate bien dónde lo ponés, no uses la azucarera de mamá, a ver si se confunde y …bueno, no quiero ni pensar.

    —¿Vos crees que soy boluda? Quiero mucho a mi suegra, jamás le haría algo tan terrible. Le pego un papelito que diga que es veneno y chau.

    —Pero si ella no lee ni con anteojos, no serviría de nada, mejor escondé la azucarera en tus corpiños. Mi madre jamás revisaría nuestro dormitorio, además los corpiños son gigantes. Tanto push up para hacerle creer a los demás que sos una tetona, me das lástima, porque tus tetas son chiquitas y a mí me gustan así, a no ser que andes considerando la aparición de otro hombre.¡Ja! Mirá si vas a encontrar otro boludo como yo, según vos.

    —¿Te acordás cómo nos amábamos cuando éramos jóvenes, escuchábamos todo lo que hablábamos, teníamos una audición que hasta el vuelo de una mariposa. Tenés que concurrir al doctor Monsalve, sino me dejás sola y a los gritos. Con los años disminuye la audición, pero hay una solución, se pone un aparatito color piel detrás de la oreja y escuchás perfecto. Tampoco sé por qué no te importa el alzheimer que tenemos ambos. Hay que leer, escribir, recordar los nombres de actores y películas. Usar la memoria para no dejar la billetera en cualquier parte, la gente buena te la devuelve. Colgarnos las llaves de casa en el cuello. ¿Cuánto hace que no nos hacemos un análisis de sangre? Diez años, prevenimos si tenemos anemia o cualquieras de esos niasmas. ¿Me escuchás lo que te digo?

   —¿Sabés que tenemos dos hijos que viven en Berlín?

   —No, la verdad que no me acuerdo. ¿Y son dos?...

   —Estás conduciendo contramano.

   —Te habrá parecido.

   Chocamos contra un árbol y su muerte fue inmediata. Yo sobreviví, es una verdadera desgracia, no sé cómo funciona un celular y con internet me pasa lo mismo. No me acuerdo mi dirección ni cómo me llamo… Cuando les cuente a mis hijos, si es que tengo hijos, no van a venir, de eso sí estoy segura. 

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