viernes, 12 de julio de 2024

DESCALZA EN LA MEMORIA

    —Ud a qué altura lo quería?

   Pensó…y a la altura de las circunstancias.

   —Muy corto no. Van a decir que fui a la Peluquería antes que sucediera.

   —Se lo dejo bien largo, estilo pendeja.

   Dejé hacer, por no moverme del lugar, hay quienes encuentran aciertos, que uno guarda en cajoncitos. Lo quise un tiempo, enfermó y alivié sus dolores. Luego pidió no verme más. Dibujé mi sombra por si quería hablar con alguien. Nadie me dijo nada. El Director de la Clínica sintió piedad o algo, lo visitaba con frecuencia y le tomaba las manos.

   —Yo soñé que mi padre estaba aquí conmigo, ella también y me pensaba tanto que dibujó su sombra. Le tiraba besos con mis ojos y acariciaba la memoria de su amor desprolijo, de tirana.

   En medio de la noche apareció descalza, con sus cajoncitos, no quise saber el contenido, pero mirarlos me daba la poca vida que me quedaba.

   —¿Eligió a qué altura su corte?

   Ella se miró en ningún espejo y contestó:

   —Afeitame la cabeza.

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