miércoles, 31 de julio de 2024

EL LUGAR

    Después de su regreso de España, Austria, Hungría, Polonia, Rumania, era divertido escucharlo. Países tranquilos, aunque existan robos, agresiones, saben salir de las situaciones, desde la cabeza, se dejan vivir. Silvia me pellizcó finito: —Tenemos que ir, no quiero seguir regalando lo que gano a este país, que como dijo Eddy, no nos conocen, pero saben lo que estamos sufriendo.

   —Después hablamos, ahora quiero escuchar.

   —Austria es un lugar tranquilo, lo elegiría para vivir.

   Lo decía con voz apagada, los amigos viajábamos con él en sus descripciones. Algunos tenían envidia y a todos les parecía justo el resarcimiento. Eddy fue torturado durante la Dictadura Militar, hay cosas para olvidar y poder permanecer en la vida. A medida que entraba la madrugada dijo que le dio bronca tener que volver, llegó a Buenos Aires y tomó otro vuelo para la Patagonia, donde su mejor amigo, de gracias y desgracias, había decidido vivir.

   —Nos reímos mucho, cuando un tipo de a caballo, le dijo que tenía que tramitar cambio de domicilio “¿Qué cambio si vivo arriba de un médano? Y de aquí no me muevo, vaya y dígale a sus chorros dirigentes que los médanos están rodeados de otros médanos. Mi mujer y yo vivimos en esa casita hecha con todo material reciclado, andamos el día entero en pelotas y si hay sol nos metemos en el mar, no sin antes untarnos con grasa de foca. El único ser viviente que nos visita es un indio que dejaron de muestra y nos trae quesos y verduras, sabe melodías extrañas, que cuentan el paisaje sin nadie. El interior de nuestra casa está forrado con piel de oveja pampeana. No tiene ventanas, sólo un buraco redondo que da al mar.”

   —Sabés, Eddy? Tu viaje me encantó, pero antes que vuelvas al ovillo de Satanás, alias Buenos Aires, quédate unos días, sos un bacán, tenés un traje de neo prene!… Después volvete a Austria, queda en Australia, ¿no?

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