domingo, 28 de julio de 2024

NO RETURNS

    Tiene buena prensa. Hace siglos que no voy al cine. Saco la entrada, pulso un botón, como en un cajero automático. Debo pulsar otro botón para fila y número de butaca, elijo Fila 10 Butaca 12.

   Piso un felpudo de acero, se abren las puertas, no hay Acomodador, en su reemplazo una luz cenital señala fila y butaca. Se apaga la luz, comienza la película, paso por alto el lenguaje contracturado, los actores generan acciones absurdas, algo voy entendiendo, allí no existe ni el amor ni el odio, no hay guerra ni hay paz. Los actores hablan en diferentes direcciones, no se miran entre sí. Es mucho esfuerzo para mi cobertura intelectual. Recuesto la cabeza en la butaca articulada y duermo. Cuando despierto miro la pantalla y dice “Te En”, me perdí el final.

   Me levanto con la dificultad ósea de los años. Buscando la salida, una cinta metálica me traslada. No hay nadie, fui única espectadora. Quise volver a casa, flechas indicaban otra mole parecida a otro cajero automático. En la calle no había personas ni autos. Por intuición pulsé el botón rojo de la mole. Provino una aerosilla, tomo asiento y un plano de la Ciudad, con un puntero automático, dibuja el signo de apertura de pregunta, señalé mi casa, no sentí ningún movimiento, tuvo la velocidad de la luz, el costo estaba implícito en la entrada, junto con fila y butaca. La casa, casi oculta, entre infinitos tubos de metal, que carecían de puertas y ventanas. No se escuchaban pájaros y los árboles no tenían existencia.

   Entré apurada a la cocina, respiré. Por fin algo humano. Olvidé en qué día estaba, miré el almanaque, decía 24 de  Septiembre del 2.099.

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