jueves, 10 de enero de 2019

LADY MACBETH



   —¿Empresa de limpieza “María e Hijos”?... Es para dejar una casa en condiciones, la Inmobiliaria Rolón, le entrega las llaves mañana por la mañana, lunes 4.
   Fue un recurso de María, cordobesa y trabajadora, quedó sin laburo y sus hijos también. De allí salió la idea: “Empresa de Limpieza de Lunes a Sábado, las 24 horas, Edificios, Oficinas, Casas, Escuelas y Negocios”.
   A las 8 en punto, María, sus hijos y la chata con toda clase de productos, dispuestos en impecable orden.
   —Miren Señores que es una casa grande, con un sótano inmenso, tres terrazas, cuatro baños. Uds la ven. Yo los acompaño en mi auto, quiero que me den un presupuesto.
   La casa estaba rodeada de casuarinas, piñoneros, magnolias, acacias y fresnos. El terreno ocupaba una manzana. El tipo de la Inmobiliaria les abrió y ellos casi pierden pie.
   —Vea, Sr Rolón, este trabajo, si nos da cinco días, mis hijos más grandes pueden hacer un recorte en los árboles y el césped que está altísimo. Baja el nivel de esta hermosa casa. No solemos hacer jardín, pero este lugar lo amerita.
   Departieron entre todos, el trabajo era importante. Hicieron una lista de gastos, de insumos, mano de obra y tiempo de trabajo.
   —El presupuesto hace un total de 24.000 pesos, con jardín, el costo total es de 30.000 pesos.
   —Lo que me dan es una cifra alta, pero si el resultado es impecable, aceptamos, les damos mitad ahora y el resto…
   La flia no lo dejó terminar, fueron una sola voz. 
—Sr Rolón, el pago preferimos que sea al finalizar el trabajo.
   La casa estaba recién pintada y restaurada, pero se veía, que la limpieza de obra les quedó todita para ellos. La primera sorpresa fue la cocina, que parecía de tierra apisonada, decía María: —Mirá si una casona como esta, va a tener piso de tierra? Vamos chicas, acá hay que rasquetear, tengo buen pálpito.
   Fue así nomás, bajo los 10 cm de tierra, aparecieron unos baldosones de mármol blanco y negro. Le hicieron un proceso de encerado y máquinas de lustre. Quedó como un espejo.
   Almorzaban comidas frugales y dormían 6 horas por día. María, para levantarles el ánimo, decía: 
—Vamos a adelgazar, chicas y los chicos sacarán músculos.
   En el sótano, los hermanos más chicos y una de las chicas, encontraron manchas que no salían con nada, descubrieron unas cavas con olor extraño. Laurita, que era la más vivaz de las hermanas, preguntó en el vecindario, si ellos sabían algo de aquella casa. Todos contestaron calcado. En los setenta vivía una pareja joven que recibía gente joven, a través de los vidrios se apreciaba que estudiaban, discutían, a veces bajaban los tonos. A los dos años cayó un camión del Ejército, traían un grupo de personas jóvenes. Estuvieron una semana, había dos de la zona, que fueron invitados a participar en lo que ellos llamaban “tareas”. Cuando advino la Democracia, la casa quedó vacía. Algunos jóvenes que lograron zafar, bajaron al sótano y encontraron compañeros apilados, muertos, destruidos. Parecía una escena nazi. Por eso la casa no podían venderla. Las manchas eran de sangre, la inmobiliaria tenía la obligación de advertir su historia al comprador.
   —Algún gil sin escrúpulos la va a comprar.
   Otro acotó: —Las manchas de sangre nunca pudieron borrarlas.
   La Empresa de Limpieza dejó una nota: “Inmobiliaria Rolón: Nuestra empresa recuperó la memoria, gracias a la memoria de otros. La casa está abierta, las llaves en el sótano.”

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