miércoles, 9 de enero de 2019

TAN



   La conocí en la casa de artículos para librería, compro dos cuadernos y tres biromes por mes. Es un lugar largo y estrecho, no me dan ganas de ir hasta el fondo para elegir. Le especificaba que quería rayados.
   —Los que llevo siempre.
   Odio cuando los cuadernos tienen florcitas, antes era más cuidadosa. Los atardeceres se la ve tomando una birra con tipos distintos. Por eso la bauticé Birri.
   —¿Qué tal, cómo va, Birri?
   Y ella contesta: —Yo trato de pasar la vida lo mejor posible.
   Me pregunto cómo carajo hace, quiero la receta. La interrogo cuando me da el vuelto.
   —No hay recetas, a mí me hace volar, tomar birra, siempre con un tipo distinto, pero vos no sos mujer. Así que, no sé.
   Le miro esos ojos soñadores, entornados y olvido que siempre me cobra demás. Hoy la esperé enfrente, por el reflejo en el vidrio, la vi. Birri se dirigía a tomar una birra.
   Miro las mesas y está ella. Me detengo: —¿Y el tipo no vino?
   Tenía cara triste. —¿Sabés que ahora, les hago pagar mi consumición?, se corrió la bola y algunos ni me saludan. Si querés sentate.
    De repente pensé pagarle, pero no tenía un cobre. Acepté la sentada y pedí una birra, después vería.
   —Hace un mes me separé, todo mal, lo encontré justo cuando…disculpá, tuve un déjà vu, tenés cara de bueno vos.
   No supe qué decir, me salían frases hechas, tipo “ya vas a encontrar otro”, “todo pasa”, “no te tortures, vos lo perdiste, pero él te perdió a vos”. Esa última me gustó, no era tan remanida.
   Birri recitó hablando…—“Quisiera esta tarde divina de octubre, pasear por la orilla lejana…”, antes me lo sabía entero, el desgraciado me lo enseñó. Me gusta Alfonsina, tengo un libro de poesías que me parte.
   ¿Qué hago?, ¿le sigo el tren con Alfonsina?, mejor no.
   —No te gustaría conocer poesías de Juan Gelman?, mañana lo lee una mujer que dice bien, el lenguaje te va a resultar raro, es subliminal, se dirige al corazón, a mí me emociona. Murió y le pasaron mil. Te invito.
   Se hizo un silencio prolongado. —¿Sabés que es la primera vez que alguien me invita a otra cosa que no sea coger? Soy grosera, para abreviar. Acepto tu invitación, hoy pago yo porque cobré, me ofendo si no aceptás.
   Me salvó Birri, es tan oportuna.
   Tan…tan…

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