sábado, 6 de julio de 2019

¡A LOS 70 CARAJO!



   Hace un frío que no tiene piedad, amanece todo helado y está para patinar, en el terreno de enfrente, tengo una pista natural. Y entre llenar la heladera, salir a comprar sin auto y en bicicleta, me calcé los patines y aquí estoy yo solita. También un joven, no lo vi, el chico se me acercó y dijo: —Qué bueno que somos dos!-Me tomó de la manopla asegurando velocidad y sin darme cuenta y él tampoco, quedó con la manopla en su mano-.
   El frío cayó en mi espalda y le tuve que decir: 
—Yo vivo acá enfrente y necesito calor. Si querés acompañame, parecés la bandera, tenés la cara blanca y azul, te invito a casa a tomar un capucchino, de paso te calentás. Lo dejé solo en el living, habrán sido diez minutos, más de eso no fue. De veras entró en calor, me violó por sorpresa, con ropa y todo nomás y no fue una sola vez, fueron cuatro y las conté. No era ninguna novedad, decían que aquí en el barrio, había un joven que violaba lo que viniera.
   Cuando se fue comprobé que había robado mi billetera y la nueva compu también. Salí en forma desesperada, con un revólver muy viejo, le pegué un tiro en la nuca y otro en el corazón. Lo dejé rematado.
   Recuperé la billetera y la compu nueva también. No hice denuncia alguna, para que no se caguen de risa y me llenen de humillación.  

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