Atrás del
Cementerio en La Plata, había una enorme superficie, que hasta no trazar las
horizontales era posible no ver ninguna construcción, ni casita ni casilla. Era
un planeta liso, donde justo en el medio crecía una palmera, ancha y alta, de esas
que el tronco, parece cubierto de bolsillitos. La conocí de chica, paseando en
bicicleta. Por lo menos una vez por año, la visitaba, a medida que los
bolsillitos se multiplicaban, la palmera crecía, era su columna vertebral. En
las noches de invierno, su soledad tan absoluta a mí me despertaban ganas de
ponerle un sobretodo.
Federico
consiguió el auto del viejo, dijo tener una noticia para mí en especial. Mis
amigos queridos conocieron esa palmera a través de mi descripción, pero pocos
se molestaron en ir hasta allí a saludarla. Era un regalo que dio la tierra.
Una tarde de verano, plena década infame, nos siguieron dos autos con milicos y
armas largas. Con nosotros éramos tres vehículos dispuestos paralelos, alguien
debe recordar, buscaban un tal Sallustro, escondido en alguna parte. Nos
hicieron bajar: “Documentos, por favor”. El “por favor” no se usaba, fue raro,
pero revisaban el Citroën 2cv, por el piso, por detrás, por abajo y no se convencían.
Yo que era metiche e ignoraba todavía la magnitud de aquellas bestias, les
dije: —En este auto cabemos apenas, no tiene ni baúl, ¿es muy enanito
Sallustro?
Me salió bien,
uno de los milicos se cagó de risa. —Tiene razón la chica, pusieron a toda la
Provincia para buscar este tipo. Bueno, chicos, suban nomás al autito, a
propósito ¿qué estaban haciendo acá si no hay nada?
Federico, que
era un delirante, les contó que veníamos a ver los días de luna llena, cómo la
palmera se mantenía enhiesta y parecían darse un beso de bienvenida, la palmera
recortada en la luna.
Los milicos
salieron de los autos a fumar un cigarrillo y miraban con asombro de personas
normales. Igual nos resultó agradable su partida. Nos quedamos hasta que la
luna, de a poco, se separó de la palmera. Se puso más chica y subió al cielo,
iluminando y dijo, “mañana nos vemos”.

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