sábado, 20 de julio de 2019

NO PUEDE O TAL VEZ NO



   Nadie sabe qué es, ni los Médicos. —Dr, necesito saber, el cáncer, su identidad.
   El Doc levanta un sobre, que pasó bajo la puerta del consultorio:
   —Desconocemos este sobre, lo guardo en el fichero con su nombre, vuelva dentro de dos semanas, no se persiga, de nada sirve.
   Durante esas dos semanas, no le dije a nadie, ¿qué voy a decir, me enfermé de algo? Al final hablé con Tola.
   —Es que vos fumás mucho, tenés que parar o seguir, no estoy muy segura. Mirá películas tontas, comé poco, igual más flaca que eso, no vas a llegar ni a preguntar tu resultado.
   Miré el techo todo el tiempo, no dormí, imaginé mi cuerpo en llamas, yo firmé incinerar. Si salgo de la tierra, mejor, las cenizas fertilizan.
   Fui a las dos semanas y me atendió casi con pena. Lo leí en el micro, era cáncer nomás. Y de los que te sacan la vida. Volví a casa, acostumbrada.
   Al día siguiente llamaron del Hospital, el sobre que me entregaron, pertenecía a otra persona. ¡Se equivocaron! No me alegró, a mí no me alegra nada. Pero es mejor quedarse acá, que uno conoce todo. Aunque equivocaron de sobre, a Tola no la llamé, que se quede con la intriga.  

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