—Mi Papá dice que los yanquis son unos hijos de puta.
—Paula! No debés hablar con malas palabras.
—Yo
no digo malas palabras, pero mi Papá sí, él dice que los grandes pueden…
—Y
además de insultarlos ¿Qué más cuenta?
—Que
desatan guerras para vender armas y ampliar sus fronteras, matan gente en todo
el mundo y venden drogas…y…y…y qué sé yo qué más dice, yo lo apago porque se me
hace lío en la cabeza.
—¿Cómo lo apago, tu papá tiene botones?
—Está todas las mañanas en la radio, tiene mi apellido ¿Nunca lo escuchó
señorita?...
—Sí
Paula, es un excelente periodista, yo no lo escucho porque trabajo, si pudiera
lo haría.
—Yo
que Ud lo pensaría dos veces, mi Papi odia los maestros y dedica programas
enteros a hablar mal de ustedes. Dice que nos ponen más tontos de lo que somos
y no nos enseñan un carajo, esa palabra la dice él, yo no.
—¿Y
para qué te manda al colegio si así piensa?
—Eso
es lo que le pregunto siempre, a mí, la verdá, el colegio no me gusta.
—¿Y
entonces…? No entiendo Pauli…
—Papi tiene su opinión, el otro día escuché a Mami suplicando “Que vaya
al cole ¡Por favor! Así me deja descansar cuatro horas, aunque sea”.
—Bueno Pauli, deciles que los espero mañana, a las diez, necesito hablar
con ellos.
—Yo
les digo, pero no van a venir, ellos no pisan instituciones mafiosas. Yo me sé
lo que quiere decir mafioso, es sinónimo de gobierno, según Papi.

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