—Andá a
visitarla, un rato nomás, ella te espera.
—¿Mamá decís
vos? No me quiso desde antes de nacer. Psicópata total, Gus, no me mientas,
ella nunca me esperó. ¿Qué le dio? Ah,
ya sé, viene su amiga, quiere mostrarle cómo crecí, seguro que le dice “Mirá
Laura si no es otra, desde…bueno desde…el accidente”. Hipócrita, hasta hace una
pausa, no me banca, me odia y no te hagás el boludo, Gus, fuiste testigo. Ni
abriste la boca.
—Pasó tiempo,
tratá de olvidar, o te vas a volver loca como ella.
—Ya estoy loca,
tenés razón, pero no como ella, peor, sufro como un caballo porque la quiero,
aunque me cagó la vida.
—Vos elegiste
Laura, yo era chico, nací entre escándalos, vajillas trizadas y golpes, llegué
a pensar que la vida era eso. Él se fue así, ni saludo, ni explicación ninguna.
Él formaba parte y se borró.
—¡Basta! Ni siquiera
lo nombrás, decí ¡Papá!, carajo ¡Papá! El
ser más noble que he conocido, sí se fue ¿Y? Corríamos riesgo de…de que nos
hiciera puré de neuronas. Yo no elegí, hice lo que pude. Él, como vos lo
llamás, quiere que vivas con él, es tu Papi, coño! Vendí mi casa, el auto,
esperé alguna ayuda de la familia, nunca hay que esperar. Les corté el rostro,
acá no pisan más. Ella está en un buen lugar. Lo elegí yo, Gus, tenés razón.
Tiene un jardín para ella sola, selvático, florido. Hoy fue el primer día que
quiso recibir a su amiga. Yo sé que me espera y voy a ir y le daré abrazos y besos.
Le mentiré la hija que quiso. El equipo que la atiende dijo que hará progresos
lentos, también remisiones, pero existen certezas de su cura ¡Hey! tranqui, mi
pichón, no llores, porque me quiebro y necesito ser roble.
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