Vivimos al
lado de la autopista, antes tomábamos mate y mirábamos pasar los autos, pero
desde que construyeron esos paredones, ni esa diversión. Mi vieja tiene 70 y
friega casas todo el día, mis hermanitos lavan autos por monedas.
—Vicente.-Dijo mi viejo minusválido.-¿Viste el shopping que hicieron acá a dos cuadras?
—Vicente.-Dijo mi viejo minusválido.-¿Viste el shopping que hicieron acá a dos cuadras?
—¿Cómo querés
que haga si me paso todo el día buscando trabajo y el paredón impide ver nada?
—Tuve una idea,
hijo, encontré pinceles y pinturas que pertenecieron a tu abuela, en excelente
estado. Ella aprovechaba la cercanía de las fiestas, con estas agujas
artesanales extraía clara y yema, los agujeros perfectos, para obtener huevos
vacíos que ilustraba con cielos, mares, pajaritos, ángeles torzados.
Le entregó una
caja de latón antiguo con las herramientas de trabajo. Vicente nunca fue a la Escuela,
pero era un dibujante y pintor excepcional.
Su Madre lo
proveía de papeles y pinturas, cuando cobraba algún extra. La gallina
predilecta de Vicente, ponía huevos ideales para la función que sugirió su
padre.
Cuando
aparecieron los avisos del Shopping, solicitando personal, Vicente fue uno de
los primeros.
Usó el traje del
casorio de su padre, el sombrero de su abuelo y accesorios primorosos que
ocultaba su madre. Un maniquí vivant, acompañado de su obra, pendiendo de hilos
de seda. Lo tomaron de inmediato, le otorgaron el primer stand, hasta el
Presidente del shopping se hizo presente para admirar los trabajos.
Antes de fin de
año, vendió la mitad de su producción. Le dieron amplia libertad de tiempo para
seguir ilustrando. Llevó a su stand su querida gallina, con cuellito bordado y
moño rojo, esta novedad atrajo público infantil, fue sorprendente cuando
Vicente logró que su gallina cacareara Yellow Submarine completa.
El shopping
vendía más huevos ilustrados que vaqueros. Unos señores, haciendo compras
pelotudas, como hacen los que cagan guita sin laxante, ofrecieron a Vicente
trabajar en plano. Ellos pondrían telas, pinturas y todo material que necesitara.
La primera exposición se realizó en un inmenso salón de Puerto Memeo. A donde
Vicente fuese, su gallina lo seguía. Sus pinturas ganaron a los más consagrados,
con cifras impensables. Vicente no abandonó su primer trabajo en el Shopping,
ilustraba huevos de avestruz. Acondicionó la Villa, chapa, pintura, Escuela y
Hospital.
El Shopping, en
su honor, se llama:
“EL MUCHACHO DE LA GALLINA”.
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